Cuando dejó el poder en enero de 2021, Trump se llevó cajas enteras con documentación de la Casa Blanca; el FBI cateó su mansión de Mar-a-Lago, en Florida para recuperarlos.

El Departamento de Justicia nominó a Barbara Jones y Thomas Griffith para analizar todos los documentos clasificados hallados en la mansión del magnate en Mar-a-Lago.

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De acuerdo con The Washington Post, el ex presidente de Estados Unidos tenía en su poder documentos que sólo allegados al gabinete del presidente tienen acceso, ya que es información completamente clasificada.

En el cateo a la mansión de Trump, el FBI encontró más de 100 documentos con marcas de clasificación, incluyendo 18 marcados como ultra secretos, 54 secretos y 31 confidenciales, según los archivos judiciales.

Los documentos con marcas de clasificación estaban a veces mezclados con otros artículos como libros, revistas y recortes de periódicos.

El ex presidente de Estados Unidos culpó al FBI de no investigar la presunta laptop de Hunter Biden, hijo del presidente estadunidense; afirmando que, a su juicio, ellos realizaron un "fraude" y una "injerencia electoral".

De los documentos clasificados, 25 eran de alta confidencialidad, y todos estaban mezclados con revistas y periódicos; además, no se había autorizado ningún espacio para su almacenamiento.

El juez Bruce Reinhart le había dado al Departamento de Justicia hasta el jueves al mediodía para proponerle las redacciones de la declaración jurada que quería hacer antes de que cualquier parte de ella se hiciera pública.

El material clasificado proporciona más información sobre lo que llevó al FBI a registrar la residencia de Trump en el complejo Mar-a-Lago en Palm Beach el 8 de agosto.