El crecimiento económico esperado por el gobierno federal es de 3 por ciento, lejos de las previsiones de analistas que apuntan a 2.3 por ciento, destaca.

No hay indicios de una contracción generalizada al inicio del segundo semestre del año, pero los recientes indicadores sugieren un crecimiento menos sólido hacia el cierre de 2022.

La violencia también ahuyenta al turismo que es un importante motor para la economía.

Para el cierre de 2023 se estima que la inflación general registrará una tasa anual de 4.7 por ciento.

Este ciclo de expansión inició en junio de 2020 y, hasta el momento, no se ha identificado el fin de esa expansión.

Los indicadores manufacturero y no manufacturero volvieron a situarse por encima de la referencia de 50 puntos; con esto, el primero regresó a terreno expansivo y el segundo se mantuvo en esta zona por sexto mes consecutivo.

A pesar de la relativa estabilidad en las perspectivas de crecimiento del PIB, debe notarse que el escenario continúa siendo altamente incierto, consideró.

Los ejecutivos de finanzas del país esperan un año en el cual la economía tenga un bajo dinamismo ante los altos índices inflacionarios.

La inversión en la refinería puede no estar destinada a que se genere un entorno de mayor producción y competitividad en el país, advierte el IMEF.

El IMEF anticipa que economía enfrenta riesgos, especialmente por una desaceleración o, incluso, una recesión en Estados Unidos.