Los acusados golpeaban a la víctima, la quemaban con encendedores, le tiraban desechos humanos encima y la obligaban a comer las cenizas de su madre cremada; enfrenta una condena de 28 años de cárcel.

Donan dinero para la reconstrucción de tres iglesias afroamericanas en Luisiana que fueron destruidas por ataques racistas.

El sospechoso es identificado como Harvey Joseph Fountain. Las investigaciones comenzaron cuando un adulto lo acusó por supuestos delitos sexuales cuando la víctima era un niño.

Un joven de 21 años es el sospechoso del tiroteo en dos iglesias, en donde murieron al menos cinco personas, entre las cuales figuran sus padres.