Monterrey guarda las cicatrices de la guerra contra el narco: masacres, negocios incendiados, bares acribillados. Recorremos la ciudad buscando la memoria y la justicia.

La prensa la señaló como asesina serial. Nuevo León la presentó como un trofeo de mano dura. Cristina Soledad, plomera y madre, lleva 15 años presa por crímenes que asegura no cometió.

En 2016, el Penal de Topo Chico, en Monterrey, fue escenario de una brutal lucha entre el Cártel del Golfo y Los Zetas. La batalla acabó con 49 muertos y selló el declive de Los Zetas, una de las organizaciones criminales más temidas del país.

Obama los llamó una “amenaza global”. Cambiaron el modelo criminal, impusieron su poder mediante masacres y asesinatos hiper publicitados. Así fue su estrepitosa caída.

Fueron muchas las historias que escritas en el penal del Topo Chico, pero el paso del capitán Alfonso Domene San Milán como director de ese reclusorio es uno de los más recordados, ya que murió a manos de dos reclusos.

Tras 76 años de operación, el gobierno de Nuevo León comenzó las obras de derrumbe de los ambulatorios del ex penal de Topo Chico.

Yair P., acusado de asesinar a elementos de seguridad, entre ellos agentes de Tránsito y celadores, fue puesto en libertad por un juez que consideró que hubo errores en su detención.

Yair N. es señalado como el responsable del asesinato de celadores del ex penal de Topo Chico y policías municipales de San Nicolás, Guadalupe y Monterrey.

El funcionario Aldo Fasci informó que será este fin de semana cuando posiblemente reinicien las visitas guiadas al ex penal de Topo Chico, pero únicamente para personas mayores y en algunos ambulatorios.

El secretario Manuel González dijo que si bien hubo problemas en la logística de visitas de los nuevos reos en el Cereso de Apodaca, estos tienen mejores condiciones que en el ex penal de Topo Chico.