A simple vista parece pequeño, pero soporta la intensidad de subir y caer de la estratósfera a más de 50 kilómetros de altura.

Los fenómenos han sido revelados a través del estudio de los anillos de árboles.

Algunos países temen que el espectro se use como un arma anticompetitiva.

El nuevo satélite cuenta con tecnología de comunicaciones X, que lo hace más confiable para fines civiles o militares.

Con este otorgamiento, el organismo busca generar un catalizador para el desarrollo científico en el espacio.

Tras el impacto de ‘Otis’, se contó con la asistencia de la red satelital internacional de apoyo solidario Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Washington ha declarado que continuará monitoreando la situación y está preparado para proteger sus intereses en el espacio.

Queqiao-2 reemplazará al antiguo Queqiao-1, lanzado en 2018.

La NASA y el Departamento de Defensa continúan monitoreando la situación tras darse a conocer un posible choque.

El dispositivo, nombrado LignoSat, está fabricado con material biodegradable para reducir la basura en el espacio.