Naturalmente, cuando somos niños uno de nuestros mayores miedos es estar en un hospital o simplemente una visita ordinaria al doctor nos causaba escalofríos, pero este pediatra de Estados Unidos genera algo diferente en sus pacientes con su original manera de sacarles una sonrisa.
Tony Adkins es un neurocirujano del Hospital infantil del Condado de Orange y es experto en curar a sus pacientes con técnicas poco convencionales: el baile, la diversión, la risa y la alegría son las píldoras diarias que éste médico receta.
El Dancing Doctor (Doctor Bailarín), como lo han apodado, anima a sus jóvenes pacientes antes o después de una operación y les ayuda a olvidarse de sus enfermedades durante su estancia en el hospital.
Tony escribió en el blog madepagetoday que su manera de animar a sus pequeños pacientes inició con el caso de un niño de 12 años que sufría de leucemia infantil y de fuertes dolores de cabeza.
“Un día descubrí a mi paciente, Jordan, de 12 años, sosteniendo su cabeza entre sus manos en el área de recepción, cuando sus dolores lo empezaban a doblegar en ese momento pensé que él sólo necesitaba de un lugar para escapar de eso”, relata.
En ese momento, Adkins decidió hacer más amena la estadía de sus pacientes y darles algo de alegría con improvisados y divertidos bailes que rápidamente se compartieron en redes sociales y se ganaron el corazón de los usuarios.
"En mi especialidad ves las peores situaciones para los niños, así que creo importante crear un ambiente de diversión para ellos, porque reír y hacer tonterías es la mejor medicina", confiesa el cirujano.
Para este pediatra la risa y la estupidez son una de las mejores dosis de medicina que puede proporcionar a sus pequeños pacientes, pues levanta el ánimo de los niños que padecen de parálisis cerebral, tumores cerebrales y lesiones cerebrales traumáticas.
Gracias a la difusión de sus videos en redes sociales Tonny confiesa que aunque a veces se siente como una celebridad, lo más importante para él son los momentos que tiene con los niños, “mi deseo de conectarme con los pacientes a través de estas rutinas se basa en mi propia historia personal de confiar en la música para hacer frente a las duras realidades”, comenta.
“La forma más fácil de hacer frente a un ambiente tóxico era expresarme a través del baile, y esta salida tiene mucho que ver con el motivo por el cual no terminé en la cárcel o muerto joven”, cuenta Adkins.
Con su bata puesta o con todo y pijama quirúrgica, este doctor trata de que los pequeños no pierdan la magia de ser niños aunque estén en sus momentos más oscuros.
Tony añade que ocasionalmente se encuentra a Jordan en el hospital y cuando eso pasa, vuelven a recordar y reír del día en el que bailaron y rieron al ritmo de una canción de MC Hammer.
JOS