Yolanda Hernández tiene 75 años, vive en Ciudad de México, y, desde hace unos meses, subsiste tejiendo ropa para figuras religiosas. Tuvo que reinventarse después de que el covid-19 le arrebatara a su marido, sus dos hijas y su yerno en 2020, quedándose sola.
Sin una familia que la respalde, Yolanda ha tenido que reinventarse para sobrevivir y ha optado por hacer lo que más le gusta: tejer.
"Me gusta tejer porque me hace sentir útil y con esto puedo ayudar a otros y hacer lo que me gusta", dice la mujer en la página de Facebook que abrió y que utiliza de escaparate para sus diseños.
Yolanda teje guantes, abrigos, mascarillas y también ajuar para el Niño Dios, a pesar de sufrir de Parkinson, para venderlos a precios que no superan los 250 pesos.
Lo hace para ganarse la vida, aunque su mente aún tenga presente el dolor por no haberse podido despedir de sus seres queridos, a quienes recuerda día y noche, tal y como confesó la mujer a Telediario.
Tras la difusión de su historia, decenas de personas han acudido a la página de Facebook para ayudar económicamente a Yolanda como muestra de apoyo.
grb