El dolor que sintió Linda Harmon, hace dos años, cuando su perro desapareció de su patio, es difícil de comparar. Twinxx, un hermoso labrador café obscuro era un "maestro del escape", pues era experto en cavar túneles y así salir a la calle por debajo de la cerca, lo que le costaba varios rasguños hasta que uno de ellos marcó para siempre la parte posterior de su cabeza con una cicatriz.
Para evitar sus escapes, el esposo de Linda protegió la cerca de tal manera que Twinxx no pudiera salir, sin embargo, ocurrió lo inesperado, y, un día, sin más, desapareció.
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Por supuesto, Linda, no se quedó de brazos cruzados, y, una vez que no lo encontró en los alrededores, comenzó a buscar por todo el vecindario, a hacer carteles y a realiza una búsqueda exhaustiva en redes sociales, además de consultar con el control local de animales, pero sus esfuerzos fueron infructuosos.
Linda creyó que su perro había muerto
Sin embargo, esta historia tiene un final feliz y muy poco común, pues, habían pasado ya dos años desde que el labrador desapareció, que las esperanzas estaban prácticamente perdidas... hasta que Harmon recibió un mensaje de texto que le devolvió la alegría.
La mujer que la contactó había seguido la historia del perrito en Facebook y, por una coincidencia lo encontró en la calle, aunque no de la mejor manera posible y la felicidad se desvaneció de inmediato.
"Siento mucho enviarte esto, pero encontré a Twixx. Lo golpearon al costado del camino y aquí está su foto", decía el mensaje de texto, según relató Linda a The Dodo. En la foto se observaba claramente la cicatriz en la cabeza del perrito, por lo que creyó que su identidad estaba confirmada y que su mascota había muerto.
Según contó Harmon al mismo sitio de internet, le costó mucho reponerse de su pérdida, y prometió que no volvería a tener otro perro. Sin embargo, a principios de julio, recibió la inesperada llamada que le devolvió la fe. Un refugio de animales se contactó con ella para preguntarle si alguna vez había tenido una mascota con microchip, y así era. Twixx tenía el suyo y el refugio lo había encontrado, vivo.
Llegó la hora del reencuentro y Linda estaba preocupada de que su mascota no la recordara, así es que el refugio planeó la reunión. Los colocarían lejos y ella tendría que llamarlo antes de que la viera.
Así lo hicieron, y tan pronto Linda comenzó a llamarlo por su apodo, Twixx empezó a olfatear, buscando. Cuando Harmon gritó su nombre, el perro corrió desesperado y sus rescatistas abrieron la reja para que pudiera pasar. Corriendo, el perro se lanzó a los brazos de su madre sin poder dejar de moverse, emocionado.
Después, se calmó un poco y se le quedó viendo a su humana, como para cerciorarse de que realmente era Linda. De pronto, los dos años separados se desvanecieron como si no hubieran ocurrido jamás y Harmon rompió en llanto.
Ahora, Twixx está de nuevo en su hogar, a salvo con una familia que lo ama y sí, perdió la costumbre de cavar hoyos en el jardín.
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