Los Reyes Magos llegan a Belén

Una representación de los Reyes Magos procedente de Malta llegó a la ciudad de Belén, donde fueron recibidos por miles de espectadores.

La representación viajó por primera vez a Belén. (EFE)
Editorial Milenio
Belén /

Por primera vez, una representación de los Reyes Magos —que llegó desde Malta— hizo una parada en la ciudad cisjordana de Belén en su camino hacia la mágica noche del 5 de enero.

Varios turistas miraban sorprendidos la inesperada y humilde cabalgata formada por sus majestades y algunos campesinos que, más de dos mil años después, volvían al lugar donde la tradición cristiana sitúa el nacimiento de Jesús, señalado por la Basílica de la Natividad que corona la plaza del Pesebre en Belén.

En esta ocasión los magos, que no se orientaron por la Estrella de Belén sino que llegaron en avión, eran actores que procedían de la localidad Belén Ghajnsielem de la isla Gozo en Malta.

Ahí existe una fuerte tradición sobre estas figuras y las celebraciones navideñas que le valió la mención como uno de los mejores lugares en los que pasar estas fechas, dijo uno de los miembros de la delegación.

"Se ofrecieron a venir. (En Malta) Tienen un festival anual durante la epifanía y se ofrecieron a venir hasta aquí", explicó a su vez el alcalde de Belén, Antón Salman, satisfecho de la experiencia organizada por primera vez, y animó a todo el mundo a participar en los festejos navideños de la ciudad palestina.

Entre gran expectación de turistas y locales que no dudaban en sacarse una fotografía con Melchor, Gaspar y Baltasar, estos avanzaron hasta la pequeña gruta donde una estrella de plata de catorce puntas marca el sitio en el que la Biblia cuenta que se alojaron María y José en su viaje desde Nazaret.

"Estamos muy sorprendidos", dijo un turista polaco que presenció el momento en que los magos presentaban el incienso, oro y mirra en el abarrotado templo cristiano.

Tras la simbólica ofrenda, los representantes de sus majestades pusieron rumbo a un centro cultural cercano donde más de un centenar de niños esperaban con ansia su llegada, entre el redoblar de los tambores que un grupo de boyscouts tocó para darles la bienvenida.

Lo hicieron a pie, ya que a causa del frío de estas fechas los dromedarios no pudieron acompañar a la comitiva hasta la engalanada plaza del Pesebre, brillante bajo la luz de miles de luces de colores, y tuvieron que quedarse en el desierto, excusó el alcalde de Belén.

Aunque en Palestina no es tradición que los Reyes Magos entreguen regalos —una tarea que se asigna a Santa Claus—, los pequeños se mostraban igualmente emocionados por la presencia de estos hombres, que repartieron chocolate y participaron en un evento en el que un hakawati (en árabe, contador de historias) les narró el origen de la Navidad.

Entre ellos estaba el pequeño Jihad, de tres años y medio, que jalaba desesperado del brazo de su madre —quien decía que nervioso no estaba "pero sí muy emocionado—, para poder llegar a la sala en la que también se cantaron villancicos en árabe después de que los alcaldes de las ciudades palestina y maltesa reafirmaran sus lazos con la Navidad como punto común.

Después de esta breve parada en Tierra Santa, que permitió a muchos pequeños palestinos ver primera vez una cabalgata de los Reyes Magos, estos regresarán a Malta, justo a tiempo para el próximo día 6.

Con este acto los palestinos se han sumado a la costumbre de las cabalgatas navideñas, para conmemorar una festividad que también se festeja en países latinoamericanos como Bolivia, Cuba, México, República Dominicana, Puerto Rico o Uruguay, y en algunas partes de Europa.


RL​

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