¡Qué belleza! Atlixco alienta el romance con producción de tulipanes

Al tulipán holandés se le asocia como una flor que representa el amor incondicional, la pasión y, principalmente, el romanticismo.

Tulipanes | Melanie Torres
Carlos Morales
Puebla /

Una de las cosas que hacen único al Pueblo Mágico de Atlixco, en Puebla, es su vasta producción de flores en diversas temporadas del año, como la nochebuena para Navidad, las rosas para el Día de las Madres o el cempasúchil para el Día de Muertos.

Sin embargo, Atlixco también guarda otro secreto, pues la temporada del Día del Amor y de la Amistad, celebrada cada año en febrero, ha permitido a los productores de la región cultivar una especie única en el mundo, no solo por su belleza, sino también por la fácil que es conservarla tanto en interiores como en exteriores: el tulipán holandés.

Tulipanes | Melanie Torres

La tulipa gesneriana es una especie de flor perteneciente a la familia Liliaceae, las cuales han servido como ornamento desde el siglo XI. Originaria de Mongolia, esta flor se extendió con el paso de los siglos hasta los montes de Turquía, aunque hoy día es un símbolo nacional de los Países Bajos.


Al tulipán holandés se le asocia como una flor que representa el amor incondicional, la pasión y, principalmente, el romanticismo, por lo que ese se ha convertido en un nicho de mercado para los productores de Atlixco, como Francisco León, director general del vivero "Hermanos León".

"Nosotros producimos el tulipán desde hace diez años y se ha convertido en una de las flores más solicitadas en la temporada porque sus condiciones de siembra se emparejan con el clima invernal, pero a diferencia de la nochebuena, ésta tiene un significado de amor perfecto", señaló el productor en entrevista para MILENIO.

Francisco León destacó que el tulipán es ideal como detalle de San Valentín, pues a diferencia de otras especies, como las rosas o los girasoles, éste solo se produce una vez al año y se vuelve más especial: "Nosotros empezamos la cosecha para tener los primeros en diciembre pero nuestras ventas más altas de tulipán se dan en enero y febrero".

Tulipanes | Melanie Torres


A pesar de que en Atlixco las bajas temperaturas son comunes en invierno, ese ha sido un factor que ha favorecido la producción de tulipanes, ya que los bulbos de la planta necesitan un clima poco húmedo, con sombra y templado, sin el calor excesivo de la primavera o el verano.

"Su cuidado es muy sencillo y hasta los que tienen poco tiempo para el cuidado de las plantas pueden tener una en casa porque solo necesitan un poco de agua y un lugar con sombra al que no le dé el sol. Incluso el agua se puede sustituir por cubitos de hielo que se dan dos veces por semana, para no saturar la planta con humedad".

Francisco León comentó que el tulipán tiene un costo de 45 pesos por pieza y cada persona decide si se lo lleva en su fase de germinación o de maduración; sin embargo, ofrecen precios diferentes al mayoreo, tanto para aficionados a esta especie como para revendedores, pues saben que éstos son altamente buscados en las florerías de otros municipios.

En ese sentido, el productor llamó a la gente a visitar su vivero y, en general, todos los atractivos de Atlixco como Pueblo Mágico, ya que la pandemia mermó las ventas y ni siquiera la venta de nochebuena fue similar a la de años anteriores, ya que gran parte de los ejemplares fueron devueltos para su conservación.

"Antes las familias se llevaban de a cinco o seis nochebuenas, pero ahora ya no, a lo mucho compraban dos y de las más económicas. Ojalá la gente se anime a venir a Atlixco a comprar su tulipan porque es una flor muy bonita y porque también nos ayudan a que demos empleo a la gente que vive cerca del volcán Popocatépetl y como sustento propio para las nuestras".
Tulipanes | Melanie Torres

Tulipomanía, la primera burbuja financiera

Aunque hoy día el tulipán es una flor con basto reconocimiento e interés de las personas, hubo una época de la humanidad en la que su valor era similar al de una casa o al de toda una producción de manteca, un valor comercial muy preciado en la cocina europea en el siglo XVII.

Y es que con la introducción de la planta hacia 1620 en los Países Bajos, los neerlandeses desarrollaron un gusto particular que se denominó como "tulipomanía", en el que se ponían a la venta o se traspasaban propiedades enteras, como casas, granjas o caballos, a cambio de obtener los tulipanes más exóticos posibles.

Para la época, el salario de un trabajador rondaba los 150 florines por año, pero un solo bulbo de tulipán podía costar hasta mil florines, lo que propició que muchas personas dejaran sus ocupaciones tradicionales para dedicarse a la venta de esta especie.

El "boom" del tulipán llegó en 1635 cuando un vendedor obtuvo cien mil florines a cambio de cuarenta bulbos, sin embargo, no es la venta más costosa de la que se tenga registro, ya que en el municipio de Haarlem, en Ámsterdam, capital de Países Bajos, un solo bulbo del tipo Semper Augustus llegó a ser comprado por 6 mil florines, el equivalente al pago que hubieran recibido 40 personas por sus servicios de trabajo durante todo un año.

Sin embargo, el negocio de tulipanes cayó estrepitosamente cuando el mercado neerlandés se llenó de bulbos para vender, pero nadie los compraba, ya que todos se dedicaban a lo mismo, provocando una crisis económica y dando paso a uno de los primeros fenómenos de 'burbuja financiera' de los que se tenga registro en el mundo.

Tulipanes | Melanie Torres



CHM

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