El maltrato animal continúa en nuestros días. Debido a que pocos logran sobrevivir, es importante contar las historias de los sobrevivientes, tal es el caso de Bambi, una cruza de Cocker Spaniel, que nació con las rótulas severamente dislocadas y las patas traseras deformadas, lo que hizo que se ganara el apodo de "cachorro sirena".
Como resultado de este defecto de nacimiento no tratado, la perrita, además de sentir dolor, era incapaz de saltar y apenas podía caminar. Por si fuera poco, a Bambi la tiraron a la carretera desde un camión en movimiento y la dieron por muerta.
Cuando la encontraron estaba sucia, desnutrida y cubierta de magulladuras. De su caso se encargó el centro de rescate del National Animal Welfare Trust (NAWT) en Watford, Reino Unido. El centro lanzó una campaña para recaudar fondos para poder operarla. Después, se sometió a dos cirugías exitosas en cada pata para realinear las rótulas.
Ahora, Bambi ya no siente dolor y puede correr y jugar como cualquier otro perro. Aunque la mejor noticia es que lo hace en su hogar definitivo, la casa de Carol Spencer.
grb