Soltero adoptó a niña con Síndrome de Down tras ser rechazada por 20 familias

Lucca Trapanesse, un hombre soltero y gay luchaba por convertirse en padre hasta que Alba, una pequeña con Síndrome de Down, llegó a su vida.

Luca y la pequeña Alba riendo juntos (Instagram @trapaluca)
Ciudad de México /

Luca Trapanese, un hombre italiano que es soltero y homosexual, tenía el profundo deseo de tener un hijo, y para lograrlo, tuvo que iniciar un largo proceso para adoptar un niño, desafiando al sistema de adopción en su país porque usualmente no permiten adoptar a personas solteras, pero finalmente lo logró y se convirtió en padre de Alba, una bebé con Síndrome de Down que había sido rechazada antes por 20 familias. 

Cuando inició el proceso para adoptar, las personas de Servicios sociales le informaron que seguramente y de tener suerte, sólo le ofrecerían en adopción a pequeños enfermos o con problemas de conducta. Sin embargo, cuando conoció a Alba, eso no le interesó, pues, aunque la bebé, de tan sólo 13 días de nacida había sido rechazada ya por 20 familias, debido a su síndrome, él sintió una conexión inmediata con ella, y la adoptó. 

"Cuando la sostuve por primera vez en mis brazos, me invadió la alegría. Sentí que ella era mi hija desde el primer momento", dijo Luca a Bored Panda. 


Ahora, la vida de Trapanese, quien se mantiene soltero, gira en torno a su hija, él dice que su hija "revolucionó mi vida y todo se desenvuelve a su al rededor. Ella me trajo felicidad y sentido de compromiso. Estoy orgulloso de ser su papá, porque yo quería que ella fuera mi hija", 

El caso se volvió viral en redes sociales gracias a que él se dedica a compartir su vida y el proceso de criarla a través de Instagram, haciéndole llegar su historia a miles de internautas que día a día, a través de sus publicaciones, les desean lo mejor, y aplauden al buen corazón de Luca. 

Luca Trapanese lleva trabajando con niños discapacitados desde la adolescencia y en 2007 creó A Ruota Libera Onlus, su propia asociación sin ánimo de lucro para que los más pequeños puedan socializar y desarrollar sus talentos. El año pasado, publicó un libro que cuenta su historia con Alba. 

Alba, por su parte, ahora tiene dos años y medio y según cuenta su padre, le encanta bailar, jugar, estar con otras personas, caminar por el parque o visitar museos. 

cjr

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