La ansiedad es una emoción, la cual en los niños no se puede identificar tan fácilmente ya que presentan características diferentes en cuanto a los síntomas. A decir del licenciado en Psicología, Mario Alberto Carrillo García, estadísticamente los trastornos de ansiedad ocurren entre un 5 y un 18% en niños y adolescentes, manifestándose en la parte académica y social.
Explica que la ansiedad es una emoción que se dice puede ser normal, aparece cuando hay algo que alerte que se está en peligro o en una situación adversa, "todos en un momento al hacer algo en lo que no nos sentimos seguros viene el retorcijón, la taquicardia, hay quien suda, esas son manifestaciones de ansiedad, pero una respuesta normal que todos desarrollamos ante lo desconocido, pero esto puede ser excesivo y cuando empezamos a estar preocupados y presentar esta sintomatología sin motivo aparente, puede ser que se esté hablando de un trastorno y es lo que hace difícil la situación".
Carrillo García afirma que hay distintas formas de ansiedad por ejemplo las fobias, que es un temor que generalmente paraliza; "en los niños vamos a ver que de acuerdo a su nivel de desarrollo las manifestaciones son diferentes y si la ansiedad comienza causar problemas de no querer ir a la escuela o desear estar con amigos o familia, probablemente será necesario acudir con un especialista".
Dentro de los síntomas generalizados que se pueden presentar son taquicardia, nerviosismo, que los niños empiecen a sentir que se ahogan, sudor en excesos, mareos, dolor de estómago, tener tics con movimientos repetitivos, o el querer comer mucho, todo esto de forma excesiva.
Lo que el especialista recomienda es tratar de hablar con el niño para tranquilizarlo, ver qué es lo que le está pasando, investigar por qué es esa situación y ayudarlo a que pueda manejar esa ansiedad, "es necesario que sepa que está seguro a donde va, pero lo importante es ver el motivo. Sobre todo creer en lo que dice y tratar de evitar aquello que le provoque ansiedad".
"Lo ideal es respetar lo que siente pero no ayudarle a fortalecer esos sentimientos, sino ayudarle a manejarlos, tal vez con algunos ejercicios de respiración que disminuyan los ataques de ansiedad, mostrarles que ellos tienen el control de lo que está sucediendo, sobre todo por la edad, no es lo mismo explicarla a un niño de ocho años que a uno de 14, porque son contextos diferentes".
Finalmente dice que como padres de familia hay que demostrar a los niños que mamá y papá los protege para que ellos se sientan seguros, "esto es también una medida preventiva que ayudará a infundir seguridad en los pequeños".