Debido a que el aumento de peso puede llevar a problemas de salud física y mental a largo plazo, darles a niños y adolescentes un estilo de vida saludable es una responsabilidad social, por lo que la alimentación y fomentar el ejercicio es esencial, especialmente en México, donde de 2020 a 2022 la prevalencia de obesidad en escolares fue de 18.1%, mientras que en adolescentes fue de 17.2%, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022.
El Grupo de Trabajo de Actividad Física de la Asociación Española de Pediatría (AEP) menciona que hay beneficios vinculados al deporte en la infancia y la adolescencia, como menos problemas de salud cuando sea adulto, entrenar la coordinación motora, la resistencia, la fuerza muscular y la flexibilidad, tener un sueño de mayor calidad y que el descanso sea más reparador.
Además de las ventajas físicas y cognitivas, el hacer ejercicio aumenta la autoestima y mejora el estado de ánimo, además sirve como momento de socialización con jóvenes de la misma edad e intereses. No obstante, cuando los pediatras prescriben un aumento de la actividad física, indican que hay una baja adherencia a las pautas recomendadas.
Los motivos habituales van desde un bajo nivel de forma física inicial, que dificulta la práctica satisfactoria del ejercicio, hasta la falta de personalización de la prescripción, lo que disminuye su disfrute y reduce la motivación por convertirlo en un hábito regular. La Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) ofrece estos consejos para incentivar la adopción de un deporte como actividad saludable para el tiempo libre de niños y adolescentes:
Dejar la elección del deporte en manos del niño
Como será el infante o adolescente quien haga el esfuerzo físico, es mejor que lo escoja de manera voluntaria y divirtiéndose al hacerlo. Claro que los padres pueden orientar, teniendo en cuenta las preferencias y aptitudes del hijo y en caso de que no haya un camino claro, siempre se puede probar diferentes deportes hasta encontrar el que más le guste.
Involucración positiva de los padres
Durante las edades más tempranas es necesario acompañar al niño hasta el lugar donde realizar la práctica deportiva y comprar material específico. Además, el hecho de ver a su familia en partidos da apoyo moral y hace sentir al menor que lo que hace es importante, por lo que el ambiente debe ser siempre positivo hacia la práctica del deporte y no hacerlo ver como un sacrificio.
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No generar estrés alrededor de la práctica deportiva
Si el adolescente no quiere practicar un deporte determinado, o no progresan al ritmo de unas expectativas quizá irrealistas, los mejor es no presionarles, pues cada quien tiene su ritmo para avanzar y si quieren abandonar, facilitar un cambio de deporte o actividad física.
Predicar con el ejemplo
El deporte no es solo bueno para los niños y adolescentes, también lo es para los adultos, y si crecen en un ambiente en el que la práctica deportiva es algo habitual es más probable que ellos también la adopten.
Mantener una alimentación sana
No hace falta seguir dietas especiales, pero sí que el joven deportista deberá seguir una alimentación saludable y equilibrada, ajustando eso sí la ingesta calórica y de líquidos según su actividad. No se recomienda en la edad pediátrica la ingesta de ningún tipo de suplementos y cualquier intervención en la dieta deberá ser controlada por el pediatra y nutriólogo calificado.