Actualmente la comedia se ha vuelto cada vez más consumible: muchos jóvenes ven contenido de comediantes y pasan un buen rato, incluso buscan ser tan graciosos como sus standuperos y personajes favoritos, dándole un aire cómico a sus vivencias o solamente contando chistes. Pero, ¿será esto beneficioso para los adolescentes y niños?
Laura Citlali Villareal Garza, psicóloga encargada del departamento Psicopedagógico del CBTis 4 en Lerdo, Durango, comenta que, al ser la comedia un arte, practicarla genera un desarrollo, tanto educativo como terapéutico, como cualquier arte.
En el caso de niños y adolescentes, señala que hay tres áreas en las que se benefician: el área social, permitiendo que desarrollen un sentido de permanencia, pertenencia, coerción social y en el cambio de perspectiva de situaciones. En el área cognitiva ayuda a conocer la manera en la que los niños captan la información y redefine aquello que pasa.
Por último, beneficia en el ámbito emocional al generar la expresión de las mismas de una manera más amena, digerible y socialmente más permitida, como las emociones no placenteras, que podrían ser la tristeza, frustración, enojo, entre otras.
Sin embargo, sí que es importante señalar y enseñar a los niños y adolescentes que hay temas y situaciones en los que la línea de chiste a burla es muy delgada, en la que se puede hacer daño sin que esa sea la intención.
Para ello, Laura Citlali recomienda que los adolescentes y jóvenes interesados lean el libro “Psicología del humor: un enfoque inspirador”, donde habla de la comedia en dos áreas: la sana, la cual genera coerción social, que no genera agresión u hostilidad y que es beneficiosa para ellos; también aborda la insana, que se refiere al chiste que busca agredir al otro.
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“No se vale hacer comentarios del otro sin conocer su contexto, ni tocar situaciones que sabemos que le generan al otro malestar”, señala Villarreal Garza. Para ella, la clave principal para hacer uso correcto de la comedia es la empatía: saber que temas se pueden tocar y qué otros no, sin dañar la autoestima ni la integridad del otro.
Por último, declara que en el ámbito educativo se tiene el concepto de que la comedia es informal o agresiva, pero la realidad es que, cuando se tiene la empatía y responsabilidad afectiva, se convierte en una herramienta muy efectiva para el desarrollo terapéutico y especialmente en lo educativo al enseñar con ella problemáticas sobre el tema expuesto.