Recomendaciones posconfinamiento para mejorar la alimentación infantil

Poner objetivos muy claros y el uso de horarios para la organización del día de todos los integrantes de la familia ayudará a mejorar los hábitos alimenticios de los menores y toda la familia.

El cambio de rutina familiar es esencial para que los niños y adolescentes puedan mejorar su salud.
Karla Rodríguez
Ciudad de México /

El confinamiento ha traído consigo distintas problemáticas a los estudiantes que desde el instante que se ha regresado a la Nueva Normalidad, deben enfrentar con ayuda de sus familias y sociedad. Uno de los aspectos más evidentes son los problemas alimenticios y de sueño que la pandemia trajo consigo a niños, adolescentes y jóvenes.

Durante el confinamiento, los menores tuvieron mayor acceso a la ingesta de los grupos de alimentos no recomendables para consumo cotidiano, haciendo que productos con aspectos como grasas saturadas, azúcares añadidos, bebidas azucaradas y botanas, dulces y postres, que en algunos casos, registraron un aumento en su consumo de más del 70 por ciento, menciona el Sistema Nacional del DIF.

La maestra en Nutrición Clínica y presidenta del Colegio de Nutriólogos de La Laguna A.C; Kim Sahori Nájera Rodríguez, comenta que es notorio el cambio de hábitos de los estudiantes desde el inicio del confinamiento a la fecha.

Kim Sahori Nájera Rodríguez, maestra en Nutrición Clínica y presidenta del Colegio de Nutriólogos de La Laguna A.C. (cortesía)

“La dinámica escolar en casa era despertar temprano, estar en la computadora, seguir en la computadora haciendo trabajos y dormir”, menciona que esto implicó que sus horarios de comida y de sueño se alteraran completamente. En su caso, pacientes se saltaban el desayuno y hasta mediodía consumían sus primeros alimentos o comían durante la tarde para mantenerse activo, entre otras rutinas no sanas.

En el caso de los niños, comenta que ellos tienen la hormona del crecimiento, para la cual deben dormir bien y comer sanamente, ya que ésta tiene mayor actividad durante las noches. Al tener clases en línea provocó que durmieran muy tarde y señala que, a largo plazo, estos problemas en el sueño pueden afectar en el crecimiento de los menores.

“Sabemos también que la dinámica que tenían de convivir con otros niños, los adolescentes caminaban a la escuela, estaban activos y quemaban más calorías. Estando totalmente en casa no se hacen los mismos movimientos” comenta Nájera Rodríguez, tras apuntar que la consecuencia fue afectación en la salud de los estudiantes.

Aconseja que, para cambiar estos hábitos de niños, adolescentes y jóvenes que han vuelto a clases, se recomienda establecer objetivos muy claros, y el uso de horarios para la organización del día de todos los integrantes de la familia, para acostumbrar a los estudiantes a seguir una rutina.

También ve factible que el tener al alcance productos saludables para que todos en casa puedan dar una merienda saludable en caso de querer comer por ansiedad. “Estos hábitos debe llevarlos toda la familia, ya que se educa mejor con el ejemplo”, señala Kim Sahori.

Como conclusión, enfatiza que el cambio de hábitos en cuanto a los niños y adolescentes viene desde casa, por lo que establecer una rutina y horarios no servirá de mucho si no los respetan padres, abuelos o tutores, por lo que el cambio es de toda el núcleo familiar.

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