Los pasillos del hospital Metropolitano, el cual ha sido el epicentro de la pandemia en la entidad, refleja actualmente una realidad muy distinta a la que se vivió semanas antes, cuando la tragedia y la muerte eran una constante en sus instalaciones.
La amenaza frecuente de colapso ocasionó que el hospital Metropolitano, el más grande de México para atender el coronavirus, con una capacidad para atender a 270 pacientes, recibiera hasta a 315 personas contagiadas, con imágenes de algunos de ellos esperando atención médica sentados en los accesos, son imborrables para el personal del nosocomio.
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Aproximadamente una tercera parte de los cerca de mil 800 trabajadores del hospital Metropolitano se ha contagiado de coronavirus; de ellos, un médico, 6 enfermeras, un trabajador del área administrativa y una trabajadora social perdieron la batalla contra la enfermedad.
Sin embargo, en la actualidad, la meseta en las estadísticas de la pandemia se refleja en las rampas de urgencias sin afluencia, las camillas y sillas de ruedas vacías, además de las camas de terapia intensiva.
Lejos de declarar la victoria, el nosocomio, que llegó a registrar hasta 16 muertes en un día, se prepara para una inminente, y todavía posible tercera ola de contagios.
El contraste de hace unos meses con la actualidad es evidente; a pesar de esta situación, el personal de salud del hospital espera que el respiro en las estadísticas sea indicio de que la pandemia esté a punto de terminar y declarar como vencido al covid-19.