A lo largo de cien años se atraviesan pandemias, guerras, migraciones, dictaduras, crisis económicas, climáticas y demás conflictos. Esto, sin mencionar los problemas que cada persona debe afrontar en su vida diaria.
Y aunque suene difícil, ese es el caso de las más de 580 mil personas alrededor del mundo que, para finales del 2024, entraron en la categoría de los centenarios.
El incremento gradual de esta población, especialmente la que goza de buena salud, despierta la duda de “¿Cómo una persona logra vivir tantos años?”. Y algunos de estos secretos están dentro del ámbito psicológico.
Un estudio del Journal of Happiness Studies cuestionó cómo las personas centenarias sanas lograron afrontar con éxito las situaciones traumáticas y los desafíos de su vida: ¿Serán aspectos psicológicos o características particulares de su personalidad?
Además de una alimentación saludable y la activación física, los recursos psicológicos influyen de manera importante para el envejecimiento. Incluso, algunos estudios identificaron que los centenarios saludables fueron personas activas, con intereses, satisfechas con sus vidas, optimistas, con sentido de vida, fuertes vínculos familiares y resilientes.
De hecho, destaca el documento, al ser la resiliencia un recurso muy poderoso para proteger a la salud mental— pues ayuda a enfrentar eventos estresantes y es un motor de bienestar ante situaciones adversas— hace sentido que se asocie con la longevidad.
Sin embargo, luego de entrevistar a 19 personas de entre 104 y 107 años de edad, se logró identificar otros siete “secretos psicológicos” de esta población.
1. Vitalidad
Las personas entrevistadas afirmaron sentirse fuertemente conectadas con la vida y tener una genuina intención de seguir viviendo.
Además, al haber trabajado por varias años, se mostraron activas e interesadas en hacer muchas más cosas, especialmente aquellas donde pueden participar y compartir sus intereses.
Por ejemplo, una mujer de 100 años compartió que, tras varias décadas de ser costurera, ahora goza de resolver sudoku y crucigramas. En tanto, otro señor de la misma edad aún disfruta asistir al club de las seis de la tarde para jugar bingo.
2. Gusto por la interacción
Las y los centenarios mostraron preferencias por relacionarse y encontrar nuevos amigos, antes de quedarse solos o solas en casa.
Esto se reflejó en sus fuertes vínculos con la familia, amistades y cuidadores; tanto así que algunos emprendieron en el camino del altruismo. Mientras que en la óptica de las y los entrevistadores, su habilidad social se infirió por la facilidad que demostraron para mantener un diálogo y seguir el hilo de la conversación.
“En general, los centenarios son muy buenos platicadores”, señala el documento.
EL DATO...Hay más centenarios en el mundo
Cada vez hay más personas que alcanzan y superan los 100 años. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 1990 habían alrededor de 92 mil personas centenarias en el mundo; en 2024 se estimó más de 588 mil, y se espera superar el millón de personas para el final de la década.
3. Compromiso
Entendiéndose como el vínculo psicológico que alguien establece con lo que está comprometido, sea la familia, un trabajo, el cuidado de los nietos, la lealtad a sus amistades, etcétera.
Dentro de esta categoría, el estudio identificó cuatro recursos psicológicos en el discurso de las y los centenarios:
- Competencia: al mostrar un alto rendimiento, suelen ser trabajadores muy valorados; tuvieron puestos importantes, e incluso sus jefes intentaron convencerlos de no retirarse.
- Responsabilidad: satisfacción por hacer y cumplir con su deber.
- Perseverancia: determinación de hacer algo para llegar al objetivo.
- Honestidad: eran referidos como auténticos y dignos de confiar.
4. Control
El discurso de la mayoría de entrevistados infería que llevaron, y llevan, las riendas de su vida. O en otras palabras, toman sus propias decisiones y siempre se dirigieron hacia donde ellos y ellas querían.
Asimismo, identificaban y aprovechaban las oportunidades que se les presentaban. Y por ende, sabían cómo organizarse y adaptarse a las circunstancias, a fin de obtener el máximo provecho de ellas.
5. Motivación intelectual
Aquí se refiere al placer de tener una mente activa, ya sea con la lectura, juegos de mesa o de destreza.
También hallaron esta motivación en los viajes y la curiosidad por conocer nuevos lugares; siendo autodidactas, y en el amor por los libros, especialmente aquellos con los cuales aprendieron nuevas habilidades, temas o información. De hecho, destacó el documento, varias y varios de sus encuestados fueron o son lectores voraces y propietarios de grandes colecciones de libros.
6. Positividad
Más allá del optimismo o la alegría perse, esta categoría hablaba sobre el agradecimiento a la vida y cómo aprendieron a disfrutarla pese a las adversidades que atravesaron a lo largo un siglo.
“La vida me ha dado todo. Me dio decepciones, como perder a seres queridos, pero nunca pasé por un mal momento”, mencionó una de las entrevistadas de 100 años.
7. Resiliencia
Las y los centenarios también experimentaron momentos extremadamente difíciles a lo largo de su vida: desde el divorcio de sus padres, casarse con esposos abusivos, la muerte de sus parejas o incluso sus hijos, atravesar la cuarentena por el Covid-19, conflictos armados, entre muchos más.
Pese a ello, lograron salir adelante con sus vidas. En algunos casos, tuvieron que reconducirlas para no verse psicológicamente afectados por esas experiencias.
“Era muy cercano a mi esposa. Tenía 97 años cuando murió y mi hija no pensó que fuera a salir adelante. Al principio me sentía mal, pero luego pensé que sólo se vive una vez y hay que ser fuerte, que a mi mujer no le gustaría verme mal”, compartió un hombre de 101 años.
8. Inteligencia
“La inteligencia es uno de los mejores predictores de longevidad”, destaca el documento.
Esto, debido a que muchos de los comportamientos de los centenarios canalizan a esta habilidad; los cuales no sólo se remiten a buenos resultados académicos y profesionales, también a la resolución de problemas, superación de retos— incluso sin ningún tipo de preparación previa—, gusto por aprender, a la curiosidad y capacidad de readaptar sus vidas ante las adversidades.
ASG