El desarrollo científico y las campañas de vacunación implementadas en México desde hace más de siete décadas han permitido el control de enfermedades virales y contagiosas, altamente discapacitantes y letales, como la poliomielitis, que se eliminó desde 1990; asimismo, la rubéola, en 2008, y el síndrome de rubéola congénita, en 2010.
Hasta ahora, se mantienen controlados el tétanos, la tuberculosis meníngea, la tosferina y la difteria, por mencionar algunas; por ello, resultan esenciales las coberturas de vacunación que, entre otras cosas, han impedido que niños que nacen sanos desarrollen discapacidades del sistema nervioso que delimitan sus capacidades intelectuales y físicas, incluso, con la edad pudieran desarrollar afectaciones que deriven en muerte.
Una de las metas de México con las campañas de vacunación es lograr que en 2030 se erradiquen enfermedades importantes como estableció la Organización Mundial de la Salud, pero, de acuerdo con el doctor Marte Hernández Porras, infectólogo del Instituto Nacional de Pediatría, se requiere fortalecer los esquemas de inmunización, sobre todo en zonas marginales. En la actualidad, por ejemplo, existe una vacuna denominada pentavalente, que contiene dosis de inmunización contra la difteria, la tos ferina, el tétanos, la haemophilus influenzae (que no es la misma influenza que aparece cada temporada de frío), la polio y —más adelante— incluirá, además, la hepatitis B.
La difteria es una infección aguda causada por la bacteria denominada Corynebacterium diphtheriae. Ésta se propaga a través de las gotitas respiratorias, como las que se hacen con tos o estornudos, y produce una infección de garganta, cubierta de color gris a negro, dura y fibrosa que puede obstruir las vías respiratorias. En algunos casos, la difteria infecta la piel primero y produce lesiones cutáneas.
Además, produce sustancias peligrosas llamadas toxinas, las cuales se diseminan a través del torrente sanguíneo a otros órganos, como el corazón y el cerebro, y causan daño. Los factores de riesgo para la difteria incluyen ambientes de hacinamiento, higiene deficiente y falta de vacunas.
La tos ferina es otra de las enfermedades bacterianas altamente contagiosas que ocasiona una tos violenta e incontrolable que puede dificultar la respiración. Es causada por la bacteria Bordetella pertussis, padecimiento grave que puede afectar a personas de cualquier edad y causar discapacidad permanente en los bebés e incluso la muerte. Los síntomas de la infección a menudo alcanzar seis semanas, pero pueden durar hasta 10.
La vacuna se administra a los dos, cuatro y seis meses de edad, con un refuerzo a los 18 meses. Salud recomienda una dosis de la vacuna DTP (componente de pertussis de célula entera) a los cuatro años de edad. También, desde 2012, sugiere la inmunización para todas las mujeres embarazadas entre las 20 y 32 semanas de gestación.
La Dirección General Epidemiológica reportó en 1950 una tasa de morbilidad de 130 por 100 mil habitantes y en 1980 disminuyó a menos de 10 por cada 100 mil habitantes; sin embargo, en el año 2008 se presentó un notable incremento con un reporte de 162 casos de este padecimiento a escala nacional, con una incidencia global de 0.15 por cien mil habitantes. Durante 2009 se confirmaron por laboratorio 185 casos (21%) de 879 estudiados y, por ello, se mantiene la vigilancia y se han fortalecidos las campañas.
El tétanos también es una bacteria que vive en el suelo, la saliva, el polvo y en el estiércol. Suelen ingresar al cuerpo causando un espasmo doloroso de los músculos y produce “bloqueo” de la mandíbula, lo que hace imposible abrir la boca o tragar.
La vacuna contra esta enfermedad puede prevenirla. Se provee como parte del programa de inmunización durante la infancia; sin embargo, los adultos deben aplicarse una nueva dosis o refuerzo cada 10 años.
La bacteria haemophilus influenzae puede provocar enfermedades invasivas, (infección que provoca obstrucción o cierre de la tráquea). En forma severa causa daño neurológico, lo cual incluye ceguera, sordera y retraso mental.
Existe una vacuna que protege de seis enfermedades, el doctor Abiel Mascareñas de los Santos, jefe de Infectología Pediátrica del Hospital Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León, explicó que “la vacuna está constituida por difteria, tos ferina, la tétanos, haemophilus influenzae, polio y ahora incluye la dosis contra hepatitis B”, lo cual, va a facilitar el número de aplicaciones de vacunas que se ponen, porque ya hay una pentavalente (que cubre contra cinco enfermedades) y la vacuna en contra de Hepatitis B. Esto podrá permitir una mayor cobertura entre la población y menos gasto al sector salud público.
“Se inmuniza contra todas estas enfermedades con una sola administración”, abundó el especialista tras resaltar que este tipo de nuevos esquemas permitirán también llegar a zonas alejadas, marginales.
Hernández Porras comentó que “me podrían preguntar ‘¿Por qué se le pone al recién nacido cuándo la trasmisión de la hepatitis B es por la vía sexual, por sangre o tatuajes y el niño qué tiene que ver con ese grupo? Se debe a que la trasmisión es vertical. La mamá con hepatitis B le puede transmitir al infante y si México es de baja prevalencia para hepatitis B de todos modos estamos hablando de 2.6 por ciento de mujeres embarazadas que tienen hepatitis B y, bueno, 2.6 es muy poquito, sí, pero nacen 2 millones 200 mil niños. Son cerca de 40 mil, 50 mil mamás que van a pasarle al hijo hepatitis B”.
El ampliar los esquemas de vacunación permitirá que, dijo, en zonas lejanas donde las madres no se vacunaron ya no contagien a sus bebés durante el embarazo en caso de contraer el virus.