La temperatura del medio ambiente aumentó cuatro grados en los últimos 50 años, número que parece inofensivo a simple vista; sin embargo, en regiones donde se rebasan los 40 grados, las temperaturas pueden ser mortales.
De acuerdo con el estudio de Polioptro Martínez Austria, catedrático del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), la gravedad de las ondas de calor depende de factores como la adaptación de los habitantes, las condiciones de humedad, su duración y el cambio de temperatura entre el día y la noche.
La investigación que forma parte de la Cátedra UNESCO- UDLAP en Riesgos Hidrometeorológicos, revela que lo que representa una incomodidad se puede convertir en deshidratación, después en golpes de calor y, paulatinamente, se agravarán padecimientos como diabetes, problemas cardiovasculares, renales o pulmonares, y lo que sigue es la muerte.
En su investigación, el catedrático explica que cuando las ondas de calor duran varios días y, en especial, si la temperatura alta se mantiene durante la noche, se pueden presentar síntomas de fatiga térmica.
“En cualquier caso, se recomienda no subvalorar los riesgos de las ondas de calor, mantener la vigilancia y seguir los avisos y las recomendaciones de autoridades de salud y otras relevantes como las municipales, el Servicio Meteorológico Nacional y Protección Civil. Siempre que se considere que existe un riesgo por calor extremo, se debe acudir a los servicios de salud”, revela el estudio.
Para el investigador, las ondas de calor son un efecto del cambio climático en la temperatura que acongoje el mundo. “Se ha demostrado que durante las ondas de calor la mortalidad se incrementa de manera sustancial. Por ejemplo, en Chicago en 1995 causó 514 muertes; en Europa, en 2003 produjo casi 15 mil muertes; en la Federación Rusa produjo 55 mil 376 muertes relacionadas con este fenómeno en el año 2010”, aseguró.
El investigador resalta la importancia de desarrollar estudios que determinen umbrales de riesgo y medidas preventivas tanto en ciudades como Puebla, así como en las regiones donde la humedad y las altas temperaturas se combinan para producir temperaturas percibidas como mayores.
“En estos casos, además de las medidas preventivas de hidratación y disminución de la exposición, debe prestarse atención a cualquier síntoma de agravamiento de los padecimientos y acudir de manera oportuna al médico”, apunta el análisis.