Tener cosas qué hacer y preferir no hacerlas podría parecer sólo una acción inofensiva. Pero procrastinar puede convertirse en un hábito crónico que dañe tu autoestima y confianza, de acuerdo con María Martina Jurado Baizabal, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.
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¿Cómo ocurre la procrastinación?
La académica reconoció que todos, en algún momento, han practicado la procrastinación, al creer que las responsabilidades se podrán hacer después, cuando “en realidad se demoran por un tiempo que no es conveniente”.
Por lo general, las personas que procrastinan no organizan adecuadamente su tiempo. Explicó que tampoco pueden equilibrar sus tareas con los tiempos que disponen, para al finar no lograr las metas fijadas.
El daño radica en que siempre pondrán una justificación y, tras el lapso fijado para cumplir sus obligaciones, esta tendencia se puede volver crónica, que ocurre cuando la gente se predispone al fracaso.
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Los problemas que genera procrastinar
Sin sentirse capaces y eficaces, esta decisión voluntaria que, en algunos casos, se relaciona con trastornos emocionales como la depresión y la ansiedad.
En otros casos, se vincula con el perfeccionismo, cuando las personas se exigen tanto en sus tareas que no las terminan. Al final, fallan que refiere a personas que quieren en la entrega en el tiempo establecido, compartió la también académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina.
También está el caso de quienes procrastinan porque la otra actividad resulta más divertida o hay una recompensa inmediata. Alertó que está el ejemplo del estudiante que hace su tarea, pero tiene cerca un videojuego, se pone a jugar y deja sus deberes escolares.
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¿Cómo dejar de procrastinar?
Primero, se debe organizar bien el tiempo, ya que así todo se podrá hacer. Habrá tiempo para la diversión, el descanso, las obligaciones, convivir con familia y amigos.
También, las personas deben trazarse metas precisas para alcanzar, pero con los pasos para lograrlo. Una de las sugerencias es tener un calendario de actividades, dividido por prioridades en tareas y fechas.
Otra estrategia sería revisar qué se hace cada día. Anotar las actividades diarias que se deberán cubrir durante el día, y poner las que sí se hicieron y las que no, para que al día siguiente estén en el listado de pendientes.
MJA