En Puebla, en promedio, cada 30 horas, se presenta un suicidio, problema de salud pública que tiende a crecer y se traduce en un tragedia tanto para la familia como para toda la sociedad.
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De acuerdo con el análisis “Diagnostico de la mortalidad autoinfligida en el estado de Puebla: acciones para su atención”, realizada por Quetzalcóatl Hernández Cervantes, coordinador del Doctorado en Investigación Psicológica de la Universidad Iberoamericana Puebla, en el estado se presenta una tasa de 4.7 muertes autoinfligidas por cada 100 mil habitantes y se registra un incremento de casos entre varones menores a 25 años desde las últimas dos décadas.
“El suicidio es considerado un problema de salud pública y constituye una tragedia tanto para las familias donde ocurre como para la sociedad. Siendo prevenible, los esfuerzos tendrían que estar dirigidos a identificar personas en riesgo y a mejorar la salud emocional de la población”, destaca el análisis.
Los casos de suicidios registran una tendencia al alza en los últimos años en el estado de Puebla: en 2016, se registraron 226 y representaron 3.54 por ciento de los que se presentaron en el país; para 2017, 302, equivalentes a 4.60 por ciento; en 2018, 319, 4.68 por ciento del país; y en 2019, 345, 4.77 por ciento de los que se presentaron en todo el territorio mexicano.
“No es sino a partir de 2005 que aparece la mortalidad por lesiones autoinfligidas en la estadística oficial de Puebla dentro de las primeras 20 causas en hombres, y no es sino hasta 2009 que aparece en el vigésimo sitio la mortalidad por suicidio entre mujeres; cabe destacar que ha ido subiendo de lugar para los hombres mientras que para las mujeres se ha mantenido”, añade el estudio.
En el año 2019, Puebla ocupó el séptimo lugar nacional de mortalidad por lesiones autoinfligidas en hombres, y un tercer lugar en mujeres; sin embargo, la relación que se refleja es de 2.9 veces más muertes en hombres que en mujeres, es decir, por cada mujer que fallece a causa de lesiones autoinfligidas, tres hombres mueren por la misma causa, añade el análisis.
La investigación del especialista de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita destaca que prevalecen determinados factores de riesgo que aumentan el riesgo de suicidio, aparte de la enfermedad mental y, sobre todo, la depresión, se incluye la historia psiquiátrica familiar, la pérdida de un ser querido, la violencia sufrida y el deterioro de las relaciones y lazos familiares.
“Los intentos de suicidio previos, la existencia de personas cercanas que lo hayan intentado, un historial de hospitalización psiquiátrica previa, aislamiento social o el abuso de drogas y alcohol, son otros de los factores de riesgo que pueden provocar un suicidio”, destaca el análisis.
La mortalidad por suicidio se coloca entre las primeras diez causas en la población, afectando principalmente el segmento entre los 15 y 24 años, y colocándose entre las primeras cinco causas de muertes violentas entre accidentes, agresiones y homicidios.
El estudio agrega que un porcentaje elevado de los adolescentes contemplan, planifican o intentan suicidarse sin buscar o recibir ayuda alguna. Algunas de las razones que están detrás de la negativa a pedir ayuda por parte de los adolescentes se encuentran en el miedo al estigma, la vergüenza o a consecuencias negativas, como puede ser un ingreso hospitalario involuntario; la falta de confianza en los profesionales y personas que se encargan del cuidado, como consecuencia de experiencias negativas anteriores; y la falta de conocimiento por parte de los jóvenes de recursos especializados de ayuda, con la consiguiente dificultad para acceder a ellos, en caso de necesitarlo.
“Comportamientos violentos, arriesgados y autodestructivos; vivencias de experiencias emocionales intensas producidas por la pérdida de un ser querido, por problemas en torno a la orientación sexual; la existencia de expectativas excesivamente altas consigo mismo; estar bajo la custodia de agentes de protección; o la presencia de trastorno mental (incluida la depresión), pueden aumentar el riesgo de cometer conductas suicidas”, destaca el estudio.
Ante el panorama, la investigación llama a los tomadores de decisiones a tener un panorama actual y vigente sobre el problema, con la expectativa de una política poblacional que permita atender el complejo problema con acciones multinivel en tres dimensiones: la prevención, la intervención o tratamiento, y la postvención.
Se requiere servidores de la salud en las supervisiones escolares
En Puebla desde el Congreso local se trabajará para reforzar las acciones de prevención, detección, atención y sanción de la violencia que se genere en el entorno escolar, familiar o comunitario, y evitar los suicidios de niños y adolescentes, a fin que se tenga ya una iniciativa aprobada antes de concluir el actual receso legislativo.
Mientras, el Sistema Estatal DIF a través del Departamento de Atención a la Salud, se brindan consultas psicológicas y acompañamientos, sin costo alguno de manera permanente.
En entrevista, la presidenta de la Comisión de Educación e integrante de la Comisión de Salud del Congreso local, Xel Arianna Hernández, reconoció que el suicidio en adolescentes es un tema preocupante que por muchos años se ha sistematizado, por lo que la iniciativa para reformar el artículo 92 de la Ley de Educación, que presentó en 2022 la enriquecerá con la consulta indígena que se realiza en la actualidad.
De acuerdo al último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), detalló que Puebla presenta una tasa de 9.1 casos de suicidios por cada 100 mil habitantes de entre 15 y 29 años de edad, con lo que se coloca por arriba del promedio nacional que es de 6.5 por cada 100 mil personas.
En este sentido, la diputada local señaló que el tema del suicidio no solo cae en lo emocional, sino también un tema de salud mental, por lo que dijo que es necesario que se tenga revisiones y protocolos que si bien existen en atención de la violencia dentro de las escuelas, se tengan servidores de la salud mental por lo menos en cada una de las secciones o supervisiones escolares.
“Empezar a generar células para detectar estos perfiles, estas tendencias que generan estas juventudes, infancias y que podamos en algún momento intervenir dentro de ese curso, digamos del que sigue en el agravio mental y poder evitar que se lleguen a esos términos”.
Precisó que la tasa de suicidios en niñas, niños, adolescentes y jóvenes, entre los 10 y 24 años, se ha incrementado proporcionalmente a más del doble; las causas del suicidio son varias, pero todas están asociadas a problemas de salud mental, consumo de sustancias, y el acoso escolar.
Dejó en claro que si bien, la segunda casa es la escuela, la primera escuela es la casa, por ello los padres de familia deben empezar a familiarizar el tema, y tener una comunicación constante con sus hijos y los padres de familia.
“Desde pequeños se debe de naturalizar el tema de llorar para expresarse es fundamental para que tengan confianza los individuos en desahogar todas esas emociones, y que no se vuelvan un remolino interno que finalmente exploten, y deriven que se lastimen así mismos o a otros mismos”, apuntó al añadir que son varones los que más se suicidan.
En la actualidad, el Sistema Estatal DIF, ofrece atención psicológica a personas que requieren apoyo ante situaciones emocionales complejas o de riesgo, esto como parte del programa “Sí a la Vida”, a cargo del Departamento de Atención a la Salud.
El programa consiste en pláticas informativas y preventivas a la población en general, otorgando herramientas para identificar señales de alerta y auxiliar a quien manifieste estos pensamientos.
Además, atiende de manera psicológica a las y los poblanos que presenten tendencias suicidas, por medio de consultas y acompañamiento en el proceso de solución a sus problemas; este servicio no genera un costo de forma permanente.
En Puebla, el sector con mayor riesgo de atentar contra su vida son hombres, de entre 15 y 30 años; sin embargo, los adolescentes son los más vulnerables, ya que, tras el periodo de confinamiento provocado por la pandemia, desarrollaron problemas de depresión y ansiedad, que los hace ver al suicidio como una opción para resolver sus problemas.
Para mayor información para aquellas personas que requieran apoyo psicológico pueden solicitar la consulta al teléfono 222 243 0240 y un profesional de la salud les atenderá de lunes a viernes en un horario de 9:00 a 18:00 horas. Para las pláticas de prevención del suicidio, las instituciones interesadas pueden requerirlo a través del correo: atención.salud.pue@sedif.gob.mx, donde indiquen la fecha, hora y lugar para realizar la programación de la misma.
Es el 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, y de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el principal método usado por la población de 15 a 29 años para cometer suicidio es el ahorcamiento, estrangulación o sofocación con 89.5 por ciento, tanto en hombres y mujeres 91 por ciento y 84.8 por ciento respectivamente.
CHM