En Puebla, cada paso es un viaje en el tiempo, donde la historia se entrelaza con la arquitectura y la esencia de una comunidad orgullosa de su legado, que data de la época de la Nueva España, cuando se hizo la traza de la ciudad (por los mismos ángeles, según la leyenda, de ahí que su primer nombre fuera Ciudad de los Ángeles) y se conoce hasta hoy como la capital religiosa del país, debido a sus múltiples iglesias, algunas de gran belleza.
El Centro Histórico se puede recorrer por las diferentes rutas que ofrecen los autobuses turísticos con guías altamente capacitados, ya que, además de iglesias hay museos de relevancia, uno de ellos es el Museo Internacional del Barroco (MIB), que, aunque no está en el Centro Histórico, es visita obligada por el arte que resguarda.
Creatividad, modernidad y legado histórico
El Museo Internacional del Barroco se erige como un tributo a la creatividad humana y al legado cultural de Puebla. Este monumento arquitectónico fusiona modernidad y legado artístico. Diseñado por el arquitecto japonés Toyo Itō, fue inaugurado hace ocho años (4 de febrero del 2016).
Con acervo y participación de Alemania, Brasil, China, España, Filipinas, Francia, Estados Unidos, Guatemala, India, Perú, Portugal y 21 museos y colecciones mexicanas; el MIB es un espacio interactivo que preserva y difunde arte de los siglos XVII y XVIII.
Al cruzar su original diseño, nos adentramos en un mundo donde la pasión y la expresión artística convergen en una danza armoniosa, con su exuberancia y dramatismo se despliega ante nosotros como un tapiz de emociones vivas.
Las salas del museo son testigos silenciosos de un diálogo entre artistas y espectadores. Pinturas que cobran vida con cada pincelada y esculturas que transportan al visitante a un mundo donde lo divino se mezcla con lo terrenal.
Cada rincón del museo cuenta una historia, una narrativa que se teje con maestría y se presenta como un regalo a los sentidos. La luz suave acaricia las obras maestras, revelando detalles antes ocultos y creando un juego mágico de sombras y colores.
Pero el Museo Internacional del Barroco no es solo un testimonio del pasado: es un faro que ilumina el presente y proyecta su influencia en el futuro. Sus exposiciones temporales y actividades educativas sumergen a los visitantes en un mar de conocimiento, donde la apreciación por el arte barroco se transforma en una pasión contagiosa.
Lujo, arquitectura y gastronomía
Recorrer el Centro Histórico de la capital del país es descubrir su belleza arquitectónica. El Palacio Municipal, testigo silente de su historia, se erige en la Plaza de la Constitución. Edificado en el siglo XVIII, sus imponentes arcadas y fachada destacan como un ejemplo magnífico del diseño colonial poblano. Cada detalle narra la riqueza cultural de la región.
A unos pasos se encuentra la majestuosa Catedral de Puebla, cuyo nombre original es Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, iniciada en 1575 y concluida hasta 1690. Los frescos y retablos del interior cuentan la historia de la religión cristiana y la devoción de la comunidad poblana a lo largo de los siglos.
Detrás de la catedral se localiza la Biblioteca Palafoxiana, fundada en 1646; es la primera biblioteca pública del continente americano. Su colección de libros antiguos y manuscritos es un tesoro invaluable. Los visitantes pueden sumergirse en el pasado a través de las páginas de obras que datan de los siglos XV al XIX, en un entorno que respira la erudición y la devoción a la palabra escrita.
En el corazón histórico de Puebla, también emerge una joya hotelera que redefine la experiencia de hospedaje: Voco Royalty Downtown Puebla. Este exclusivo establecimiento no solo ofrece comodidades de alto nivel, sino que también sumerge a sus huéspedes en un viaje histórico que se fusiona con el lujo contemporáneo.
Este hotel forma parte de la marca Voco de las opciones Premium de la cadena IHG Hotels & Resorts, con atención personalizada y la esencia de los destinos.
Cuidadosamente restaurado, el hotel recupera la arquitectura colonial que caracteriza a la ciudad, ofreciendo un oasis de tranquilidad en medio del bullicio urbano. Las habitaciones, decoradas con un gusto exquisito, techos altos y detalles del diseño resaltan el encanto histórico del hotel, mientras que las modernas instalaciones garantizan una estancia llena de confort y lujo.
No solo se distingue por su elegancia, sino también por su compromiso con la sostenibilidad; implementa prácticas sustentables, desde la gestión de residuos hasta la utilización de amenidades rellenables, contribuyendo así a la preservación del entorno.
La propuesta culinaria de Voco Royalty Downtown Puebla eleva la experiencia gastronómica a nuevas alturas. De hecho, el hotel, inicialmente fue un restaurante que inició operaciones hace más de un siglo. Sitio obligado para degustar la comida poblana, considerada como una de las más importantes del país, en su restaurante se pueden disfrutar de los platillos tradicionales, moles, los famosos Chiles en Nogada (de julio a septiembre) y de octubre a noviembre, el huazmole (o mole de cadera), un platillo típico de Tehuacán, elaborado con chivo y chile serrano, entre otras delicias.
Pero Puebla es mucho más que arte, gastronomía, tradición, arquitectura y cultura, es una ciudad en donde se pueden disfrutar de otras experiencias inolvidables que trascienden con el tiempo.
RRR