El teatro es una de las expresiones artísticas para el disfrute de todo el público, pero resulta un acierto cuando una producción se enfoca en atraer la atención de las niñas y los niños, para cultivar el amor y la curiosidad por descubrir lo que hay detrás del escenario, de los vestuarios, de la voces de los actores y actrices.
Despertar el interés por esta disciplina que lleva a la niñez a jugar con la imaginación es todo un desafío que se ha propuesto enfrentar el dramaturgo Adrián Vázquez con la obra de teatro Los días de Carlitos, que desde su mirada, “es una celebración de vida, muy acorde en este mes del Día del Niño”.
Es una propuesta muy divertida, pero también muy entrañable que puede gozar todo el público, “se divierten tanto los menores de siete u ocho años de edad, de la misma manera que se ríen los niños de 70 u 80 años. No es un espectáculo ñoño ni complaciente, se cuenta una historia de la manera más honesta y directa, aunque tiene un discurso accesible para todos”.
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Surgió en 2005 como un ejercicio de actuación en una materia de licenciatura en la Universidad Veracruzana, y gracias al trabajo que ahí se originó, crecieron las anécdotas de este niño que a los 11 años sueña con todas posibilidades que le permitan tener una vida plena.
“Su vida no es lo mágica, fantástica y espectacular que él prevé. Es una puesta en escena optimista, es una luz de esperanza en este mar de acontecimientos aciagos que nos invaden como país y como sociedad, pero Los días de Carlitos nos da la posibilidad de ponerle una cara optimista a la vida y de saber que merece ser vivida”.
El gran desafío es el de siempre
La obra está compuesta por tres escenas. La primera es la de Carlitos y su hermano siendo cómplices al huir de los regaños y castigos de la mamá. En la segunda están Carlitos y el amor de su vida, Letty, una niña mayor que él. En la tercera aparece Carlitos conviviendo con sus compañeros de la secundaria.
“En 2005, cuando creamos la obra, pensábamos que así era como transcurría la vida en las escuelas, todavía no estaba tan arraigado el concepto de bullying o acoso escolar. Así que en la obra vemos a un niño siendo objeto de burla de sus compañeros pero, a pesar de eso, él demuestra que puede salir adelante”, cuenta Vázquez.
Con ese espectáculo unipersonal se fundó hace 18 años la compañía Los Tristes Tigres, y al hacer un balance a la distancia, Vázquez asegura que van bien porque siguen divirtiéndose y haciendo reír al público.
“Nos pusimos un nombre para identificarnos del resto de los grupos de teatro, pero no pensábamos en construir una empresa y que nos iría bien, que además nos presentaríamos en festivales y andaríamos de gira. Simplemente queríamos que nos identificaran y que compraran los boletos para ver nuestras obras para poder comer a lo largo de la semana.
“Ahora, al ver hacia atrás con todo el trabajo que hemos hecho, nos damos cuenta de nuestros logros, aunque seguimos con la misma problemática de hace 18 años: ¿cómo le hago para llevar gente a mi próxima función? Ese sigue siendo hasta el momento nuestro gran problema cotidiano”.
Lamenta que hoy día las instituciones culturales no puedan brindar oportunidades para que los artistas puedan tener una vida digna. “No es posible que los creadores tengan que seguir gestionando, convocando a la gente y haciendo miles de peripecias para que alguien pueda acceder al teatro que se hace en nuestro país”.
Sin embargo, dice que desde hace muchos años entendieron que esa es su tarea: que en un país como éste les corresponde hacer de todo, es decir, además de ser creadores tienen que convertirse en gestores, productores y publicistas, “pero ni modo, eso es lo que hay y en realidad es lo que le apasiona”.
“Son increíbles los recortes que se hacen a la cultura, antes los funcionarios pegaban el grito, levantaban la voz para apoyar a los artistas, ahora son los mismos dirigentes los que promueven ese tipo de medidas, entonces no entendemos a quiénes representan. Resulta increíble ver la cantidad inconmensurable que se le da al beisbol, a programas que son negocios empresariales, pero se disfraza, todos saben que esas empresas generan millones de ganancias. ¿Por qué no invertir en lo que puede potencializar a los seres humanos como sociedad?”, cuestiona.
La obra Los días de Carlitos está en temporada este mes y hasta el 14 de mayo, los viernes a las 20:30 horas, los sábados a las 19:30 horas y domingos a las 18:30 horas en el Teatro Lucerna, Lucerna 64, colonia Juárez.
PCL