El aroma a incienso y copal llega hasta la banqueta de la calle Morelos, en el Barrio Antiguo, en esta ocasión no viene de ninguna tienda, sino de una ofrenda para conmemorar el Xantolo o Día de Muertos, que ha colocado la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
De acuerdo con José Cerda, responsable de la oficina en Nuevo León de la CDI, entre la última semana de octubre y la primera de noviembre tiene lugar en las comunidades indígenas esta celebración del Xantolo, como se le conoce entre los nahuas, que tiene orígenes prehispánicos y que es la más importante en estas comunidades.
“Esta tradición marca el reencuentro de los vivos con sus ancestros, con la gente que ya no está”, explicó.
A decir del antropólogo, esta costumbre que es marcada por el incienso, la armonía, la ofrenda y la solidaridad, inicia este 31 de octubre, al medio día, con la llegada de las almas de los infantes, los cuales parten 24 horas después.
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Luego, dijo, al mediodía del 1 de noviembre arriban los adultos, los cuales tras la convivencia con sus seres queridos regresan al más allá al mediodía del 2 de noviembre; aunque, comentó, el arco de palma en el altar, que representa la entrada al cielo, se queda en el sitio hasta el día de San Andrés (30 de noviembre).
Por tercer año consecutivo el Xantolo se celebró en las instalaciones de la CDI, aunque en esta ocasión además se realizó un ritual Tenek, para dar gracias y hacer peticiones al Púlik-Paylom o Dios Grande.
Y al finalizar los cánticos y rezos, los asistentes aprovecharon para compartir alimentos de las comunidades indígenas, como enchiladas potosinas, tamales y pan hecho en horno de barro.
El altar de este año está dedicado a los defensores de los derechos indígenas Luis Santiago Catarina (nahua), la comandanta Ramona (tzotzil), Margarito Díaz González (wixárika) y Chakoka Anico (kikapú).
Llegada de las almas a la tierra Se cree que al mediodía de este 31 de octubre comenzaron a llegar las almas de niños y se quedan durante 24 horas con sus seres queridos; después lo hacen las ánimas de los adultos, durante el día 1 y 2 de noviembre.