Aguilar Camín: “La arquitectura social de México es esquizofrénica, contradictoria”

Durante la FIL de Guadalajara, por segunda ocasión, se llevó a cabo el Foro Nexos con el tema “¿Qué falló? México 1994-2023”, título de un ensayo de Santiago Levy y Luis Felipe López Calva.

Héctor Aguilar Camín, director de la revista 'Nexos'. (Foto: Ariel Ojeda)
Guadalajara /

Por segunda ocasión en la FIL de Guadalajara se llevó a cabo el Foro Nexos, ahora con el tema “¿Qué falló? México 1994-2023”, que parte del ensayo homónimo publicado por Santiago Levy y Luis Felipe López Calva en la revista Nexos en agosto de este año. El Foro contó con la participación de José Casar, Ricardo Becerra, Valeria Moy, Mariana Campos, Gonzalo Hernández Licona, Santiago Levy, Jesús Silva-Herzog, Salón Chertorivski y Gerardo Esquivel, en tres mesas moderadas cada una por Jorge Castañeda, Héctor Aguilar Camín y Denise Maerker.

En su ensayo, Levy y López Calva explican: “México cambió su estrategia de desarrollo entre finales de los ochenta y principios de los noventa, con dos grandes objetivos: recuperar la estabilidad macroeconómica perdida desde mediados de los setenta, y crecer más rápidamente y con mayor inclusión social. La administración federal que inició en diciembre de 2018 considera que esa estrategia falló, y ha impulsado una nueva. […] En este ensayo evaluamos la estrategia de desarrollo seguida entre 1990 y 2018, y hacemos una valoración inicial de la impulsada a partir de 2019”.

En la siguiente entrevista, de la que se han suprimido las preguntas, Héctor Aguilar Camín, director de Nexos, explica el sentido y los alcances de este encuentro en el que los participantes reflexionaron —desde distintas perspectivas— sobre uno de los problemas más apremiantes de la sociedad mexicana: la seguridad social.

Foro Nexos: ¿Qué falló? México 1994-2023’

“Para este segundo Foro Nexos en la FIL de Guadalajara, elegimos como tema el ensayo de Santiago Levy y Rafael López Calva: ‘¿Qué falló? México 1994-2023’. Ellos dan una respuesta a esta pregunta, ¿en qué sentido? En lo que se ha venido proponiendo México desde que cambió su estrategia, aproximadamente en 1990: volverse una sociedad más abierta, más democrática, más conectada con el mundo, integrada comercialmente a Estados Unidos. ¿Qué buscaba?, mayor crecimiento económico con inclusión social, pero desde entonces a la fecha no se han conseguido ninguna de las dos cosas, ni un gran crecimiento económico ni mucho menos inclusión social. La pregunta de López Calva y Levy es por qué.

“Pensamos que es el ensayo con más profundidad todos los que publicamos este año, camino no solo a la elección de 2024 sino en general al futuro, a la siguiente década, a la siguiente generación de México, porque está reconociendo un error de perspectiva desde el arranque de ese cambio, que ha sido un cambio estructural: pensar que una vez que se crearan las condiciones para un desarrollo económico fuerte, con inversión importante, ese crecimiento, por sí mismo, traería la mejoría del resto de las variables: la cantidad y calidad de los empleos, la mejoría salarial y, en general, una sociedad mucho más próspera y equitativa, y además una sociedad democrática. Bueno, se consiguieron muchas cosas importantes: gran equilibrio macroeconómico —después del 95 no volvimos a tener una gran crisis económica por razones internas mexicanas— y cambios institucionales como la autonomía del Banco de México, la misma transición democrática, la creación de instituciones que vigilaran las elecciones, que vigilaran al gobierno, que dieran acceso a la información pública que la gente necesitaba.

“Ese conjunto de cambios, que son muy impresionantes, junto con una mejoría real en los niveles de pobreza y una mejoría muy importante en educación, más el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, debería haber bastado para tener mucho mayor crecimiento económico e inclusión social, pero no. Tuvimos crecimiento económico menor al de las décadas anteriores; nos volvimos una potencia exportadora —exportamos más que todo el resto de América Latina— y sin embargo la inclusión social no mejoró, sino que por años empeoró.

“La respuesta que dan a esto Levy y López Calva es que se dio por sentado que estas transformaciones por sí solas iban a bastar para las dos cosas, y se dejó pendiente un problema central: la arquitectura de la sociedad, que es la división que hay entre una economía que llamamos formal, de empresas y trabajadores que pagan impuestos, que tienen un sistema de seguridad social, con el Issste o el IMSS, aunque estas instituciones que les daban una solución a quienes tienen empleos formales en realidad eran excluyentes, porque tú no podías ir allí como vas a la escuela pública a inscribir a tus hijos o a ponerte tú mismo a revisión, si no tenías un trabajo formal. Entonces, para compensar la exclusión en que estaban fundadas estas instituciones, se crearon programas alternativos de compensación: programas, becas, el Seguro Popular, y desde ahí se planteó una sociedad dual, esquizofrénica, contradictoria, que tuvo como consecuencia una baja productividad en la economía y una desprotección real, tanto de los trabajadores de la economía formal, porque no podemos decir que el Seguro Social o el Issste sean grandes instituciones de calidad de protección social, mientras que las otras eran como compensaciones, protecciones sociales de segundo nivel, era como decir que los trabajadores informales tenían menos derechos como mexicanos que los trabajadores formales, al contrario de lo que sucede con la educación pública, en la que no importa dónde trabajas, no importa si eres o no educado, tus hijos tienen acceso al sistema.

“El planteamiento de Levy y de López Calva es: aceptemos la equivocación de origen, vamos a rediseñar esto de manera que, poco a poco, pero con una meta muy clara, todos los mexicanos en algún momento, por el hecho de ser mexicanos, tengan un acceso universal a la seguridad social. ¿Y qué es seguridad social?: atención médica gratuita pagada por el Estado, es decir con los impuestos, pagada por la sociedad; seguro de desempleo y una pensión que se acerque en su monto a lo que ganabas mientras fuiste un trabajador activo, eso se puede hacer, en el cálculo de Levy y López Calva, con no mucho dinero más que el que se invierte en seguridad social ahora, quizá con 2.5 puntos del PIB, menos de lo que le va a subir el gobierno federal al presupuesto para el 24, solo que invertido en un sistema de seguridad social rediseñado, que no sea esquizofrénico, que no sea dual, sino que sea universal. Esto que te estoy diciendo es un asunto muy difícil de explicar, difícil de entender y probablemente más difícil de realizar, y sin embargo nos pareció que es un tema fundamental, después de la violencia, para podernos imaginar un país equitativo, donde haya un piso de seguridad igual para todos los mexicanos, y que lo vayamos mejorando conforme crecen los ingresos públicos, conforme mejore la economía y conforme mejore la productividad de las empresas, porque entre 1990 y 2023 no es que no se haya invertido dinero, hemos invertido mucho, ha habido mucha inversión, no es que no se hayan creado empresas, se han creado en ese tiempo siete millones de empresas, pero han fracasado por baja productividad, por dificultades propias o a veces por corrupción, porque la legislación es muy dispareja para las empresas. Y, bueno, de los siete millones de empresas que se crearon, desaparecieron cinco millones y medio. Qué quiere decir, ¿que esa gente se está muriendo de hambre? No, quiere decir que están en la economía informal, ahí ganan menos que en la economía formal y obtienen una protección de parte del Estado. con becas, con dinero para adultos mayores, con el Insabi (ahora IMSS Bienestar), pero es una protección y una ayuda social de menor calidad y mucho menos segura, que la de la economía formal.

“Este fue el tema de la discusión del foro y nos parece un asunto central, porque si no corregimos esto, seguirá sucediendo lo que vemos cada vez más, que es un enorme porcentaje de adultos mayores, tanto en la economía de formar como la informal, desprotegido en los años que ya no pueden trabajar: sin jubilación, sin seguro médico, sin medicinas, atendidos por sus parientes en un momento en que la población mexicana se está volviendo vieja, viene una enorme corte como de 30 millones de mexicanos que en la próxima década van a ser ya adultos mayores o a estar muy cerca de no poder seguir trabajando.

“Entonces este asunto da exactamente igual quién lo hace, quién gana las elecciones, si gana un partido o el otro, esto es un problema que, después de la violencia que ha crecido, nos parece a nosotros el problema central sobre el que hay que reflexionar y llegar a acuerdos, y ese es el sentido del foro.

ÁSS

  • José Luis Martínez S.
  • Periodista y editor. Su libro más reciente es Herejías. Lecturas para tiempos difíciles (Madre Editorial, 2022). Publica su columna “El Santo Oficio” en Milenio todos los sábados.

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