Una impresionante corona y un cetro de 60 centímetros elaborados en oro con detalles exhaustivos, de la época prerromana de la región de la Canosa di Puglia, al sur de Italia, se exhiben por primera vez en una exposición que se inaugura este viernes en el Museo Nacional de Antropología.
Estas piezas arqueológicas datan del siglo IV al III antes de Cristo, pertenecen a la cultura daunia y nunca se habían mostrado al mundo debido a que son identitarias del Museo de Taranto, que amablemente las prestó para su exhibición en México, explica Gianni Vinciguerra, director del Instituto Italiano de Cultura de la Ciudad de México, que forma parte de la embajada de Italia.
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En entrevista con MILENIO, Vinciguerra dice que la exhibición Formas y colores de la Italia prerromana. Canosa di Puglia está integrada por 65 vestigios y forma parte de un programa de festejos por los 150 años de relaciones diplomáticas entre México e Italia.
“Ser amigos por 150 años es un reto y es algo que merece ser celebrado por ambas naciones que comparten valores comunes, países con la misma actitud y el mismo potencial. Entonces para festejar estos 150 años, hemos organizado una serie de eventos entre los cuales se encuentra esta muestra que estará en la Sala de Exhibiciones Internacionales del Museo Nacional de Antropología”.
Esta exposición proviene de una zona de Italia que popularmente se identifica como el tacón de la bota. Se llama Puglia y por su posición geográfica ha sido a lo largo de los siglos un territorio en que han transitado y habitado muchos pueblos, entre ellos los griegos, ya que sus colonos cruzaban el Mar Adriático y llegaban ahí a fundar ciudades.
“Aunque ese territorio ha sido habitado por poblaciones locales, entre ellas, la población de daunia, que dejó rastros maravillosos que abarcan los siglos IV y III antes de Cristo. Lo que presentamos son ajuares funerarios, masculinos y femeninos procedentes de las tumbas de unos príncipes que se hicieron sepultar con una gran muestra de prestigio y riqueza”.
Vestigios funerarios
El público podrá ver ejemplares únicos de cerámica, espectaculares porque están pintados y decorados lujosa y exuberantemente. Estos vestigios son la prueba de la excelente red de comercio y transporte que se desarrollaba entre esta región, Grecia y el Mediterráneo.
El director comenta que las piezas provienen de excavaciones arqueológicas, pero algunas fueron recuperadas luego de investigaciones que la gendarmería italiana llevó a cabo. Se trata de piezas saqueadas, extraídas ilegalmente del territorio de Puglia y sacadas de Italia.
Tras una larga investigación policiaca, se logró demostrar que habían salido ilegalmente del país, entonces las recuperaron y reintegraron a las colecciones de los museos de Italia.
“Sabemos que Italia como México ha sido y sigue siendo afectado por las excavaciones ilegales; con esta exhibición también esperamos que se pueda sensibilizar aún más al público mexicano sobre el daño que produce a nuestro patrimonio cultural el fenómeno de las excavaciones y saqueos ilegales en las zonas arqueológicas”.
El acervo exhibido está relacionado con las celebraciones funerarias de las poblaciones prerromanas y el inframundo.
¿A quién perteneció la corona de oro que por primera vez sale de Italia?
A una mujer llamada Obika. Los arqueólogos pudieron identificar quién era ella. Probablemente por el ajuar funerario que la rodeaba sería una princesa, se trata de objetos de extraordinaria belleza.
"Tanto la corona como el cetro son dos joyas de impresionante belleza y factura. La diadema y el cetro, de 60 centímetros, son testigos del poder de un príncipe. La diadema está hecha con una finura y una habilidad técnica asombrosa".
¿Esa mujer era alguna gobernante?
Los arqueólogos pudieron identificarla como la princesa Obika porque en la corona está su nombre. Su familia, al sepultarla, la rodeó de objetos de extraordinaria belleza para que le hicieran compañía en el más allá.
¿Sus rituales funerarios son similares a los que practicaban las culturas prehispánicas?
Sí, porque todas las poblaciones antiguas imaginaban que el difunto tenía que presentarse de la mejor forma en el más allá, entonces estamos hablando de tumbas de príncipes. Los rodeaban de objetos preciosos para que fueran testigos no solo ante la comunidad en la que se sepultaban, también ante los que iban a encontrarse en el más allá, para que fueran testigos de su riqueza. Por eso vemos en nuestras tumbas vasijas de importación, vasijas pintadas con colores llamativos que refieren a algunos mitos griegos.
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BSMM