Un pasquín del corazón

Libros | A fuego lento

'Amor al Prójimo,' de Gabriela Enríquez, revive un melodrama que, sin embargo, se asemeja más a una telenovela que a la literatura.

Portada de 'Amor al Prójimo,' de Gabriela Enríquez. (Literatura Random House)
Roberto Pliego
Ciudad de México /

Un jurado conformado por Fernanda Melchor, Julián Herbert y Alaíde Ventura otorgó el Premio Mauricio Achar/ Random House 2023 a Amor al Prójimo (Literatura Random House), de Gabriela Enríquez. Si el melodrama ha resucitado de entre los muertos, hay al menos un motivo para celebrar esta novela. Pero habría que señalar al vuelo que el melodrama solo sigue conectado a un respirador artificial en la cabeza de los guionistas de telenovelas.

“Imagínate qué tan derrotada estaba, que ni siquiera me pasó por la cabeza que tú ibas a tener un hijo de mi esposo” (el Prójimo, el del título), leemos en los últimos tramos de Amor al Prójimo. Son las palabras que la narradora dirige a su hermana mayor, Teresa, que yace en coma —embarazada y casi a punto de parir— y a quien visita diariamente para ofrecerle su compañía, sus recuerdos y su odio. Ya antes de este episodio hemos escuchado un rosario de confidencias —el armazón estructural de la novela—: la infancia en un orfanato a pesar de la existencia de los padres, una madre indiferente que se casó a los trece años en una iglesia vacía, una tía comprometida con dios en secreto y repulsiva como un gusano, un padre convertido en la parodia de cualquier ser viviente… y agravios, traiciones, silencios y hasta el estallido de un bóiler abriéndose paso para salir afiladamente a la luz en cada nueva visita.

Es lo más cercano a un pasquín del corazón, aunque, y de eso se trata, con pretensiones literarias. La contraportada indica que en Amor al Prójimo los hechos conducen a la redención. Que los lectores ingenuos se traguen esta píldora publicitaria. Lo cierto es que la narradora se desvive por autocompadecerse, maldecir la buena suerte de su hermana —qué importa su condición—, tener visiones edificantes y reconciliarse con quienes se han encargado de hacer de su vida un valle de lágrimas. Es lo que dan —la única dádiva— los pasquines del corazón: un largo calvario coronado por ojos bovinos puestos en el cielo.

Algo pasa en muchas zonas de la narrativa mexicana, y no es poca cosa. El rigor, la imaginación, la rebeldía, la conciencia del lenguaje parecen valores de tiempos desdeñados. Gobiernan la incontinencia sentimental, el arrebato y los directores de marketing. A veces, todo se parece a esa entrega de El libro vaquero: “Por mi culpa fuiste madre”.

Amor al Prójimo

Gabriela Enríquez | Literatura Random House | México | 2024

AQ

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