'Uno Conejo/ ce tochtli': el final ya ocurrió ayer

A fuego lento

Mario González Suárez ha dado forma novelesca al universo que Carlos Fuentes imaginó: más que una distopía, una novela del tiempo sin historia.

Uno Conejo/ ce tochtli es publicado por la editorial Nieve de Chamoy. (Cortesía)
Roberto Pliego
Ciudad de México /

El último día de la Ciudad de México luego de intensas jornadas de asedio, muertes rituales, traiciones y desabasto: eso es, a medias, Uno Conejo/ ce tochtli (Nieve de chamoy). Y ese día tiene un cronista: un turbio funcionario del gobierno del que nos llega un caudaloso monólogo salpicado con órdenes y reclamos a través del teléfono celular. No es todo. He dicho a medias porque también es el relato polifónico de una Tenochtitlan —no aquella, la de los canales teñidos perpetuamente de sangre, sino una imagen aún más voraz y destructiva, remasterizada— en la que confluyen los antiguos y los nuevos tlatoanis, el ciclo de Juárez y el del PRI, las guerras floridas y contra el narcotráfico, las carnitas de cerdo y el canibalismo. Atestiguamos de este modo un presente perpetuo en el que Coatlicue da a luz a Huitzilopochtli y también a un secretario de Estado, y los impuestos mexicanos van a dar a las arcas del Tesoro estadunidense. Así, pues, tenemos ante nosotros el anverso y el reverso de una realidad que tiene la estructura de un códice.

Mario González Suárez ha dado forma novelesca al universo que Carlos Fuentes imaginó gobernado por una deidad que representa de una sola vez al relato mítico de la extinción y el renacimiento y al de la linealidad del progreso: Pepsicóatl. No hace nunca su aparición pero preside los hechos como un testigo del desastre nacional, un desastre sin principio ni fin, porque antes que una distopía Uno Conejo/ ce tochtli es la novela del tiempo sin historia: Moctezuma tiene los atributos de un dirigente sindical y El Pozolero sirve a las potencias solares.

Una visión de esta naturaleza sería impensable sin una conciencia germinal del lenguaje. En el torrente incontenible del monólogo de Uno Conejo y en la superposición de voces de ce tochtli reconocemos a un escritor que echa mano de la imaginación para interpretar las claves del reino de este mundo. Esa interpretación pasa por un ritmo casi extático y por la certeza clandestina de que la palabra debe aspirar al significado ambiguo. Nada de nombrar como si se tratara de redactar un discurso político. De este modo, Mario González Suárez ha concebido una novela cuya fuerza radica en su aliento inconforme, embelesador y radical.

Uno Conejo/ ce tochtli

Mario González Suárez | Nieve de chamoy | México | 2019

RP | ÁSS

LAS MÁS VISTAS