Es un hecho: las librerías están cerradas después de que las autoridades se han negado a calificar su actividad como “esencial”. Así las penalidades y sinrazones que ha traído la cuarentena. De modo que, frente a la ausencia de novedades editoriales, me ocupo ahora de una novela publicada en 2002 que ha vuelto a la circulación: Duelo por Miguel Pruneda (Alfaguara). Es la cuarta novela de David Toscana, y no es la misma que fue si podemos leerla a la luz de algunas de sus hermanas menores: La ciudad que el diablo se llevó, Olegaroy, por ejemplo.
- Te recomendamos Almudena Grandes: la España de Franco era un país de locos Laberinto
Toscana ha imaginado a un grupo de personajes sólo reconocibles en el mundo de la ficción aunque parezcan comunes y ejerzan tareas ordinarias. O, ¿qué es Miguel Pruneda sino un oficinista del montón que luego de 30 años de servicio abre los ojos y encuentra el sentido de su existencia en la visión compulsiva de la muerte? Moviéndose entre decorados que parecen extraídos del teatro de cámara (su departamento, y el de su vecino, cuyo cadáver yace en una tina remojado en formol; alguna calle oscura, el cementerio vecino y acaso un parque huérfano), fantasea con una vida alterna que va dando forma y consistencia al vengador de una niña asesinada, a un héroe de la guerra contra Estados Unidos, a un torero y a un donjuán sin miramientos. Quiere dejar atrás la grisura de su carrera laboral y su matrimonio mediante un esfuerzo de la imaginación que pugna por dotar a las cosas de un brillo inédito.
No es un loco: es un alma gemela de esos personajes de Onetti a quienes vemos contrarrestando su fracaso con el relato de una cacería de negros en África o de un contrabando de cocaína… en el Norte.
Una atmósfera anómala se extiende a medida que Miguel Pruneda opone resistencia a su condición de empleado condecorado, y su idea de la realidad esparce tensiones, rivalidades, traiciones entre el pequeño círculo que acompaña sus inútiles tentativas de convertirse en otro, de abandonar Monterrey e instalarse en una Montevideo ideal y perfumada. Al final, sus acciones terminan por identificarse con las de aquellos que luchan contra las fuerzas del orden cotidiano y se revuelven contra sí mismos para descubrir que, por más que batallen, no pueden hacer otra cosa que velar por los muertos el resto de sus vidas.
Duelo por Miguel Pruneda
David Toscana | Alfaguara | México | 2020
SVS