Muros de espinas

A fuego lento

'Jardín de noche', de Fabio Morábito, es una docena de relatos en los que hacen eco una mujer, un jardín y la noche.

Portada de 'Jardín de noche'. (Sexto Piso)
Roberto Pliego
Ciudad de México /

Observemos la siguiente escena: una mujer mira a sus nietos jugar en su jardín solo para que unos minutos más tarde ese momento casi idílico se quiebre al descubrir el enorme túnel que ha abierto la raíz de su viejo ficus. Ahora volvamos la vista hacia otro jardín, donde otra mujer —o quizá la proyección de todas las mujeres habitando nuestro mundo—contempla la zanja que habrá de transformarse en una alberca. Parecen aguardar un hecho ajeno a su rutina. Tal temperamento —crepuscular, de claroscuros— domina los doce relatos de Jardín de noche (Sexto Piso), un libro lleno de silencios, de lo que no se dice nunca y solo se deja entrever.

Así que no hay nada cierto; hay sospechas, sugerencias. Y hay mujeres que experimentan la velocidad del tiempo cuando miran su jardín mientras cae la noche. Son Una —pues beben uno o dos gin tonic antes de irse a dormir, padecen el ruido de los aviones aterrizando o despegando, han contratado a un molesto jardinero y dejado la juventud atrás para instalarse en una tibia soledad— pero también son Muchas, como si la condición femenina se dividiera, o multiplicara, pero conservando sus más encantadores atributos.

Fabio Morábito ha urdido una docena de relatos que parecen la variación de un solo relato, pues en cada uno de estos reconocemos el eco de todos los demás. En “La evolución de Darwin”, por ejemplo, una mujer baila descalza para su vecino, una retirada estrella de rock, que yace en su silla de ruedas al otro lado de un muro de bugambilias. Páginas después, encontramos “Gracias a los aviones” y con qué nos topamos. Hay una mujer que recibe la visita de un tipo galante al que advierte que en unos minutos bailará en su jardín como suele hacerlo para la retirada estrella de rock que yace en su silla de ruedas al otro lado del muro de bugambilias. Así de semejantes y distintos son los doce relatos de Jardín de noche.

Todo en el universo de Fabio Morábito alude a la distancia impuesta por una tapia, una enredadera, un terreno baldío, como si el jardín fuera no solo una proyección del paraíso sino una prisión de suelos mullidos y techos estrellados. “Las cosas buenas siempre vienen rodeadas de espinas”, dice una de las protagonistas”. Entonces nos invade una alegría desconocida que no tarda en abrirle paso a la tristeza.

Jardín de noche

Fabio Morábito | Sexto Piso | México, 2022

AQ

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