Es bueno, bonito, barato y berrinchudo, éstas son las siglas de un movimiento feminista en contra de Donald Trump. Es el trending en las redes y las seguidoras proponen, como el movimiento originario en Corea del Sur, no salir con hombres, no al sexo con hombres, no a casarse con hombres y no a tener hijos. Es decir, encarnaron a toda la población masculina del planeta en la sola figura de Trump.
Amorosos, malos, ricos, pobres, cultos, ignorantes, para ellas todos son iguales y todos son clones de Trump. No hay diferencia. Esto va más allá del sexo, van a hacer votos de castidad antimasculina porque el voto popular fue en contra de su sueño de un mundo ideal. Es inimaginable el hipotético caso contrario, que los hombres dijeran que no volverán a tener sexo con mujeres porque ganó Kamala, los homosexuales lo tienen muy bien resuelto y no tienen que culpar a ningún candidato.
Creo que en realidad las mujeres que están siguiendo este movimiento puritano tienen un rato largo sin contacto masculino y no es por razones políticas, sino estrictamente de género. No a todas las mujeres les tienen que gustar los hombres, y es bastante oportunista ligar los gustos personales a la política.
Analicemos las cuatro B de este movimiento antihombres. Bueno: le encanta a la corrección política que es bastante puritana, no más sexo hetero, es perfecto para crear comisiones, mesas de diálogo y tesis de posgrado. Publicar libros, es ideal para dar conferencias en las carreras de género de las universidades del primer mundo. Bonito: depende de los gustos y del punto de vista, con la luz apagada o prendida. Ellas anuncian que ya van a tomar el control sobre sus propios cuerpos y sus vidas, ¿no lo habían hecho antes? ¿Qué se los impedía o de quién dependían? Tampoco les interesa ser atractivas para los hombres, es muy fácil y no necesitan unas elecciones presidenciales para lograrlo.
Barato: una de las condiciones del movimiento es borrar del móvil todas las apps de ligue y citas, obviamente heterosexuales. Van a ahorrar mucho dinero, porque dice mi manicurista que en eso se les va un gran pedazo de sus ingresos a los aficionados del fast sex. Además, con la equidad de género hay que pagar las cuentas a partes iguales, o a veces pagar todo, ninguna ultrarradical permitiría que un “macho opresor” le pagara la cuenta o le abriera la puerta. Encerradas en sus casas viendo las series románticas, podrían invertir en palomitas de microondas y sus cervezas. Berrinchudo: para una parte de la sociedad el castillo de naipes de Kamala les dejó trauma infantil. Es la democracia, baby, así funciona. No es cuestión de gustos, es un sistema.
De nada va a servir la supuesta castidad de un grupo de mujeres para cambiar lo que decidió otro grupo de mujeres, porque por Trump también votaron millones de mujeres. El 4 B es una revolución muy fácil de seguir y de cumplir, seguramente las voluntarias estarán sin sexo hetero, citas, sin casarse y sin hijos por mucho más de cuatro años.
AQ