Las quimeras de Nerval

Escolios

Autor casi secreto pero con una fuerza de atracción poderosa, el autor francés constituye un enlace fundamental en la cadena de la poesía moderna.

'Gérard de Nerval con texto’; acrílico, 2019. (Tim Johnson | Dominik Mersch Gallery)
Armando González Torres
Ciudad de México /

Gérard de Nerval (1808-1855) es uno de esos autores casi secretos que, sin embargo, imantan de manera poderosa diversas tradiciones de la poesía moderna. Con una obra breve que incluye la aérea novela Aurelia, un luminoso Viaje a Oriente, unos cuantos relatos y los sonetos de Las quimeras, Nerval constituye un enlace fundamental en la cadena de la poesía moderna.

Se trata de un francés atípico, un desarraigado que va mucho más allá de su tradición doméstica y se nutre de su devoción al idioma y al romanticismo alemán, de la fascinación por Oriente y de una disposición viajera que incluye la inmersión en otros universos espirituales, entre los que se mezclan el cristianismo, los cultos paganos, los ritos esotéricos, la parafernalia caballeresca y el misticismo. Peregrino por el orbe y por su propio y torturado paisaje, Nerval vuelve a encantar al mundo y encuentra profundas resonancias entre sueño y vigilia, entre poesía y magia, entre razón y locura.

Por la época en que Nerval comienza a escribir Las quimeras ya ha comenzado a sufrir sus crisis mentales y, para muchos, resulta contrastante que el atribulado escritor escogiera una forma tan cerebral y estricta como el soneto para documentar su delirante itinerario simbólico. Ciertamente, como lo han señalado sus grandes conocedores, Las quimeras están lejos de ser poemas de confesión o circunstancia y en estos artefactos perfectos se decanta una filosofía de vida y un atisbo a los reinos de la muerte. Por su musicalidad, exigencia y riqueza de significados los doce sonetos de Las quimeras se han convertido en textos seminales de la genealogía poética de Occidente y han sido sometidos a numerosas versiones y tratamientos ensayísticos en distintas lenguas.

En México no ha sido la excepción y en esta edición de Las quimeras (El Tucán de Virginia, 2019), el editor Víctor Manuel Mendiola reúne la traducción del conjunto de los poemas que hiciera Ulalume González de León; ocho versiones de “El desdichado”, el poema más conocido de la serie, incluyendo las de Xavier Villaurrutia, Octavio Paz, Juan José Arreola, Salvador Elizondo, José de la Colina, Tomás Segovia y Gabriel Zaid, y cuatro ensayos sobre Nerval de Xavier Villaurrutia, Antonin Artaud, Luis Cernuda y Tomás Segovia.

Las versiones no sólo muestran el conocimiento del idioma o la empatía de los traductores con el texto, sino la personalidad poética de cada uno de ellos. Por su parte, los ensayos ofrecen una extraordinaria variedad en la exégesis, desde el afiebrado entusiasmo de Artaud hasta el tan emotivo como documentado testimonio de lectura de Cernuda pasando por la intelección lírica de Villaurrutia. El acopio y la disposición conjunta de todos estos materiales no sólo logra volver a hacer asequible un gran libro, sino que hace concurrir a lectores y traductores, vivos y difuntos, en torno a un momento climático de la tradición moderna y anima este coloquio con una buena dosis de rigor y apertura.

ÁSS

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