El deterioro físico y mental es el detonador de Los eufemismos (Antílope), la primera novela de Ana Negri. Ahí están la madre, exiliada en México tras el golpe militar en Argentina, y ahí está la hija, Clara, atestiguando cómo su mundo se desmorona mientras convoca a los fantasmas del pasado familiar y personal.
Con las palabras justas, Ana Negri ha conseguido crear una atmósfera opresiva; en otras palabras, ha sabido reconstruir las heridas que produce el exilio. Cada palabra, cada gesto o encuentro conduce sin remedio a 1976, cuando el Plan Cóndor hizo de Argentina un campo de prisioneros y desaparecidos. A pesar de ello, del peso de la Historia, Los eufemismos no es una novela política; es un retrato doloroso de la naturaleza quebradiza de la figura materna cuando la vejez llega acompañada del deseo de abandonarse.
“La cicatriz, en realidad, era más honda. Clara sabía lo que era caer”, leemos en las páginas iniciales como anuncio de la revelación final. Porque también se trata de eso: de las revelaciones que el lector va recogiendo mientras observa a esa madre en ruinas y secuestrada por los delirios y a esa hija rota acompañándose a pesar del mutuo hartazgo. Mientras tanto, reconocemos que los empeños de la narradora no son otros que los de conducir una batalla silenciosa contra el silencio y el olvido, aun si tal cosa significa vapulear sin piedad a las protagonistas.
Los eufemismos puede juzgarse también como una exploración de la identidad. ¿Quién es Clara, la hija de dos perseguidos políticos obligados a refugiarse en México? Volvemos a esta pregunta una y otra vez, cuando llegan hasta ella los ecos de una familia lejana que parece anestesiada después de tantos años de escuchar rumores y mentiras propagados en los años en que el régimen de Videla oficiaba campañas de salud ideológica. ¿Quién es Clara? ¿Un accidente geográfico? ¿Un fruto del azar? ¿Un cuerpo encadenado a sus genealogías? ¿Un mero presente empeñado en deshacerse de todo asidero? ¿Un “a la chingada”’ que solo desea borrarse?
Ana Negri ha escrito una hermosa novela. Es hermosa porque ha tomado el riesgo de conjugar el desenfado con los más profundos tonos elegiacos. Y lo es también porque responde al ideal de transformar la tiniebla en luminosidad.
Los eufemismos
Ana Negri | Antílope | México | 2021
AQ