Curioso rumbo el que toma Mentideros de la memoria (Tusquets): siguiendo el rastro de sus recuerdos, Gonzalo Celorio esquiva su propia figura para concentrarse en algunos pasajes de la vida o la obra de familiares, maestros, amigos, presencias tutelares y aun mandarines incómodos. Curiosa acepción de la autobiografía: somos, y nos definimos, en la medida en que nos ocupamos de los otros.
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Los 20 retratos dispuestos sin orden cronológico dan cuenta de casi 50 años de tratos con la literatura y las imprevisibles relaciones —afectivas, amorosas, intelectuales, académicas— que suscita. Son fruto de una milagrosa capacidad de observación y de un oído entrenado para registrar esa frase que atraviesa el tiempo hasta llegar junto a nosotros (“¡Capitán: traiga dos botellas de champán porque aquí no tenemos nada que celebrar!”, dice Gonzalo Celorio que García Márquez dijo en una mesa silenciosa del Hotel del Prado después de la misa de difuntos dedicada a Natasha Fuentes Lemus).
La iluminada galería de personajes incluye, entre otros, a Juan José Arreola y al autor de Pedro Páramo, a Carlos Fuentes, Eliseo Diego, Augusto Monterroso, Fernando Vallejo, Darío Jaramillo, Alfredo Bryce Echenique, Luis Rius, Julio Cortázar (siempre el Cronopio) y Umberto Eco, a quien vemos, como a un dios irónico y sonriente en el tramo final de Mentideros de la memoria, golpeando las tumbadoras en la noche sonera del Bar León.
Celorio sabe trasmutar la anécdota o la indiscreción en un ensayo y casi siempre en un relato en el que sus protagonistas muestran la cara oculta, o privada, de su personalidad. Y vaya que resultan literariamente humanos… en el duelo, el desarraigo, la impostura, la ebriedad, la palabra justa o la belleza exasperante
Detrás del aliento testimonial, detrás de las confesiones pletóricas y festivas, detrás de la impecable exposición de esos latidos provenientes de la poesía, la novela, el flamenco, los barroquismos del idioma español, sentimos en estas páginas una fiebre agorera. Conservados bajo las reglas a un tiempo fieles y traicioneras de la memoria, un mundo y una sensibilidad hablan como si se tratara de una despedida, como si asistieran al momento en que brillan con un explosivo fulgor para anunciar de inmediato su extinción.
Mentideros de la memoria
Gonzalo Celorio | Tusquets | México | 2022
AQ