Narrar lo que se calla

Libros | A fuego lento

En Perfil del viento, su primer libro, Alejandro Arras enfrenta al lector con la fragilidad de la certeza.

Portada de 'Perfil del viento', de Alejandro Arras. (Ediciones Sin Nombre)
Roberto Pliego
Ciudad de México /

Antes que una trama o un despliegue de personajes, los once cuentos reunidos en Perfil del viento (Ediciones Sin Nombre) son un estado de ánimo. No importa si transcurren de la mano de Carlos de Sigüenza y Góngora a finales del siglo XVII o en un rancho tamaulipeco acosado por una banda de sicarios o en el puerto de Veracruz cuando hacer la América estaba al alcance de los sueños; no importa si se demoran un poco o se resuelven con un solo trazo. En cada uno prevalece la sensación de que algo se perdió a pesar de que nunca existió. La tristeza, la melancolía, se instalan a sus anchas sin motivo alguno, como si este mundo no admitiera otras figuras.

Perfil del viento es el primer libro de Alejandro Arras (1992) y tiene piezas (no todas) rotundas, el número suficiente para celebrarlo. Pienso en dos de ellas como divisas de un temperamento literario más afín a la contención que a la explosividad: “Cliente nocturno” y “Son otros rumbos”. En la primera, la irrupción de un individuo impertinente a la hora en que un restaurante ya está por cerrar alienta las preocupaciones de una veterana mesera. Creemos contemplar un cuadro de costumbres, con sus encuadres físicos y ambientales. Pero eso es solo apariencia. Tras la rutina obligada bullen las señales de una vida hecha de mínimas victorias cotidianas: son las tres de la mañana y esa mesera entra a su cama pensando únicamente en el uniforme que vestirá horas después. La segunda arroja un idilio en un escenario engañosamente bucólico (un tramo de la carretera que lleva a Cuernavaca), entre el temblor de la hierba y la visión de una iglesia a lo lejos. Una pareja de enamorados huye de la ciudad para experimentar la paz de un pequeño poblado mientras la noche cae y los ladridos de los perros son cada vez más histéricos. Lo que viene a continuación desdice cualquier argumento a favor de la bondad intrínseca del género humano.

A la contundente inmediatez y descripción de la fragilidad de toda certeza o ambición, Alejandro Arras añade una diligente frescura en la narración: como si solo confiara en los sobrentendidos, le importa más expresar lo que ocultan los largos silencios, los gestos suaves, que lo que revelan los intensos desplantes emotivos.

Perfil del viento

Alejandro Arras | Ediciones Sin Nombre | México | 2022

AQ

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