Leer: ¿verdad que sí se puede?

Libros | A fuego lento

'Terapia literaria' se ciñe a la noción antedecimonónica de que el propósito de la lectura es “deleitar y modelar el carácter”.

Portada de 'Terapia literaria', de Maura Gómez y Valentina Traba. (Aguilar)
Roberto Pliego
Ciudad de México /

¿Qué esperar de un libro concebido como una invitación, o iniciación, a descubrir los placeres, y algunos sinsabores, de la lectura? No, por supuesto, lo que ofrecen Maura Gómez y Valentina Trava en Terapia literaria (Aguilar): una serie de consejos desabridos, sin asidero alguno con los libros (a no ser por los productos bendecidos por las oficinas de mercadeo), condimentada con grandes dosis de chabacanería. No, por supuesto, la simpleza con la que una de ellas recomienda la lectura antes de dormir para “pensar en otra cosa y relajarse”.

Lo más lamentable es el tono de jacarandosa buena onda. Como si se tratara de un manual de autoayuda, Terapia literaria se refiere al libro (sin distinguir, por ejemplo, entre Yo antes de ti de Jojo Moyes, Viaje al final de la noche y Los hermanos Karamazov) como “tu compañero en la soledad, el motivo de tus sonrisas, tu abrazo en momentos de tristeza, tu refugio”. Difícil no reconocer tanta ternura. Ya lo dijo Antonio Ortuño: las nuevas sensibilidades palpitan bajo la influencia de Mujer, casos de la vida real.

A lo más lamentable hay que sumar lo que resulta más desconcertante. ¿Leer es una experiencia terapéutica? A cada lista de consejos y sugerencias para distinguir un género literario de otro (novela romántica: “Lo principal en este género es lograr que el lector derrame miel”), o proponer una taxonomía del lector según su nivel de autoconocimiento, Maura Gómez y Valentina Trava no pierden oportunidad para recomendar los clubes de lectura, con los cuales parecen llevarse muy bien, un modelo “interactivo”, “dinámico”, lo más cercano a un “proceso de catarsis” y de prescripción contra un “estado crítico” de las pasiones alentadas por la lectura.

Terapia literaria se ciñe a la noción antedecimonónica de que el propósito de la lectura es “deleitar y modelar el carácter”. El deleite sigue gozando de prestigio pero la modelación del carácter suena a instrucción militar. Lo que nunca está en el horizonte de las autoras es que también se trata de “instruir”: expandir los límites de nuestra experiencia con algo más que palmaditas en la espalda y fórmulas tonificantes.

Terapia literaria

Maura Gómez, Valentina Traba | Aguilar | México | 2023

AQ

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.