Una diabla enamorada

Husos y costumbres | Nuestras columnistas

Una novela del francés Jacques Cazotte retoma el mito fáustico y presenta a un demonio teatral y transformista.

Jacques Cazotte, cuya vida terminó en la guillotina en 1792. (Imagen: Ángel Soto)
Ana García Bergua
Ciudad de México /

Para Fernando

A mi gabinete de curiosidades particular llegó el regalo de un querido amigo: El diablo enamorado de Jacques Cazotte, una novelita fáustica de 1772, en la que el diablo toma la forma de una mujer.

Situada en Nápoles, su protagonista, el capitán don Álvaro de Maravillas, recibe en boca de un viejo oficial flamenco, Soberano, la oración para convocar al diablo que cumplirá todos sus deseos. El joven temerario lo hace, convencido de que es una superchería y así el mismísimo Belcebú se le aparece bajo la forma de una enorme cabeza de camello. Valiente, Maravillas le exige al demonio que si va a cumplir sus deseos debe adoptar un aspecto más amable y así éste toma la de un perrito. Correteando por la habitación, el animal transforma el lugar en un palacio suntuoso y dispone en su mesa toda clase de manjares.

El demonio terminará encarnado en un joven lacayo que resulta ser una muchacha encantadora, enamorada de don Álvaro, con la que lleva una vida de lujos y placeres. Biondetta lucha a lo largo de la historia por convencer al capitán de su amor desinteresado y él está dispuesto a casarse con ella, pero cuando cae en sus brazos, el horrendo camello vuelve a revelarse y así Álvaro logra huir de Satanás. Al final, el cura de la parroquia le aconseja a don Álvaro que la mejor manera de no ser engañado por el demonio en lo que a amores toca es casarse con la mujer que su madre elija para él.

Me encantó esta forma del mito fáustico con su diablo que termina convertido en mujer, un tanto juguetona a diferencia de la novela de Goethe, La piel de zapa de Balzac o El retrato de Dorian Gray, por ejemplo, o las óperas de Gounod o Stravinsky; o incluso, en el caso mexicano, El fistol del diablo, la obra inconclusa de Manuel Payno. Todas ellas tienen un halo trágico, grande o pequeño, y el protagonista va sin escalas a la muerte y al infierno. Este Fausto se salva, quizá porque es español y folclórico, quizá porque la encantadora Biondetta no deja de ser un súcubo menor que a diferencia de la tentadora serpiente, es sentimental y romántica.

Jacques Cazotte, cuya vida terminó tristemente en la guillotina en 1792, fue un autor importante del rico siglo XVIII francés. Autor de fábulas y óperas, seguidor de las sectas de los martinistas y más tarde de los iluministas que se adhirieron a la Revolución Francesa, en sus primeras obras revestía sus creencias esotéricas “de una atmósfera dulce y divertida”, como señala la traductora Andrea Bastiel en el estudio preliminar de la edición de Miraguano Ediciones que llegó a mis manos. Esta novela precursora del romanticismo francés es muestra de ello, con su demonio teatral y transformista.

AQ

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.