Frente a los desafíos que enfrenta la industria editorial mexicana por la contingencia sanitaria, no solo resulta necesario trabajar alrededor de las editoriales o de las librerías, sino pensar de otra manera en las necesidades del lector.
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“No hay un camino, me parece que hay muchos, y dentro de eso hay carreteras que debemos seguir. En estos momentos no recomendaría tratar de posicionar una marca, porque es momento de responder a un contenido. Más bien recomendaría pensar, hoy más que nunca, en el consumidor, en los lectores”, aseguró Pilar Gordoa, directora de Estrategia Digital, Mercadotecnia y Comunicación de Penguin Random House México.
Al participar en la tercera sesión del ciclo Conversaciones, para hacer que los libros se vean, organizado por Metabooks México, recordó que cuando empezó a plantearse el cierre de actividades no esenciales, las discusiones cambiaron de giro no solo en la parte de la estructura organizacional, sino a qué elementos terminan por ser más importantes dentro del sector.
“Las discusiones han ido en torno a qué es más importante: el autor, el contenido o el lector. Al final es la combinación de los tres, pero en un tiempo tan específico como éste, mi recomendación es mirar al lector. Qué requiere o qué necesidades tiene ese lector, qué contenidos posees tú para poder ofrecérselo: es muy importante definir qué podemos realizar de cara a estos lectores”.
Pilar Gordoa está convencida de que tras la contingencia se observarán cambios hasta en la edición, porque los editores de antaño, que con una intuición maravillosa encontraban grandes joyas literarias, también verán transformada su actividad.
“El tema del covid-19 y el confinamiento vino a dar un salto en el desarrollo de la industria del libro: pareciera que han pasado 10 años de futuro. Las conversaciones hoy radican sobre en qué formato de libros vas a lanzar una novedad y nunca antes habíamos pensado en sacar un libro sin el formato físico como soporte principal, porque el producto en papel representa más del 90 por ciento del mercado”.
Gordoa enfatizó que desde la perspectiva de su empresa, todo parecía muy lejano y, de repente, se aceleró: “El 11 de marzo se declara la pandemia y justo en esa semana dejamos de hablar de libros y nos convertimos en una empresa enfocada en planear el trabajo desde casa.
“Pensábamos que los cambios se vendrían a dar muchos años después; pasaríamos de un canal tradicional a la adopción de nuevos formatos, como el eBook que, si bien en Estados Unidos representa 30 por ciento, en México no supera más de cinco o 10 por ciento. Todo eso se adelantó”.
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LA POLÉMICA EN EL ACCESO LIBRE
Una de las primeras reacciones de ciertas editoriales fue ofrecer contenidos para lectura gratuita en tiempos de contingencia, como una forma de solidaridad, pero en PRH se plantearon más bien estrategias de apoyo a las librerías y descuentos en sus obras. De acuerdo con Pilar Gordoa, “la industria tendrá que pensar a futuro. Hay mucha gente que vive de hacer libros: redactores, correctores, autores, diseñadores. Hay mucho cuidado detrás de los libros para poder salir al mercado en soporte papel o en eBook”.