¡Qué tanto es tantito, Armando, allá te alcanzamos!

Murió el hijo pródigo de Tepito, alburero, periodista autodidacta e inventor de un lenguaje crudo e incómodo en los 70.

Autor de la novela "Chin-Chin el teporocho", publicada en 1972. (Héctor Téllez)
Ciudad de México /

El escritor y cronista Armando Ramírez, que en su novela emblemática Chin-Chin, el teporocho dio voz a su barrio, Tepito, falleció ayer a los 67 años por causas no precisadas.

Sus hijos Marcela, Jimena y Armando Ramírez Sánchez informaron en redes sociales: “Nuestro padre acaba de fallecer, queremos recordarlo como lo que fue: un enamorado de la vida, su ciudad y sus barrios... Pero sobre todo, el papá más chingón, amoroso, comprensivo”.

En febrero de este año, el escritor fue internado en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía por una afección en la columna vertebral y una vez dado de alta continuó con sus actividades. Al mes siguiente presentó su libro más reciente: Déjame, novela que es un homenaje al primer cuadro de Ciudad de México, escenario también de sus crónicas.

En Facebook, el grupo Tepito Arte Acá, del que fue cofundador, lo recordó en estos términos: “Armando Ramírez, cronista del barrio, escritor, periodista, guionista y valedor. Nos deja en la orfandad de su verbo y de su siempre iluminadora presencia. Confundador del Arte Acá, autor del Chin-Chin... y otras historias de las gentes, trajinador del micrófono que rastreaba los rincones de su ciudad secreta aquí, allá y acullá. Ahí luego te alcanzamos, compa. Y te echaremos en falta, pero nomás tantito”.

Instituto Nacional de Bellas Artes informó en su cuenta Twitter que lamentaba “el deceso del escritor, cronista y periodista", además de reconocer su trabajo en el colectivo Tepito Arte Acá y declarar que sus novelas son referente de la vida en la Ciudad de México”.

También la Secretaría de Cultura se refirió al “sensible fallecimiento” del cronista tepiteño, a quien calificó como “un eterno enamorado de la Ciudad de México y sus barrios”.

CIERTA COMUNICACIÓN

Ramírez, que se fogueó en el periodismo —no tuvo formación académica—, adquirió notoriedad con Chin-Chin el teporocho, novela publicada en 1972, que por su lenguaje crudo atrajo muchos lectores, sobre todo jóvenes, como escandalizó a otros que no toleraban su lenguaje directo.

Fue tal su éxito, que la novela fue llevada al cine por Gabriel Retes y ganó un premio de la Academia Mexicana de Cinematografía en la categoría de Ópera prima. De La noche de califas también hubo una versión cinematográfica: Noche de califas: ¡un macho nunca se abre!, mientras que Ismael Rodríguez dirigió Ratero, basada en su cuento del mismo título.

El escritor no dejó de recrear en sus novelas y crónicas, lo mismo escritas que para televisión, el ambiente de barrios, vecindades, antros y personajes que pueblan Ciudad de México y anexas. Esto se advierte en libros como Quinceañera, Violación en Polanco, Noche de califas y Sóstenes San Jasmeo.

EL HABLA POPULAR

No el habla refinada, sino el habla cotidiana, el lenguaje de la vida sin retoques, era lo que buscaba. En una entrevista para el suplemento Laberinto de MILENIO, realizada este año por Héctor González con motivo de la edición de Déjame, Ramírez afirmaba que “el habla de Tepito es literaria, tan literaria como la imaginación en el albur. El albur puede ser muy grosero, pero también súper poético”.

También comentaba el origen de dos términos ahora en boga. “La picardía en el lenguaje del tepiteño aportó chairo y fifí. Quien se vestía bien y era presumido era fifí. Y chairo viene del argot de las carnicerías: la chaira se usaba para sacar filo al cuchillo. A algún güey se le ocurrió relacionarla con la masturbación y de ahí brincó al lenguaje popular”.

Pero el Tepito que el escritor describió con tan buen tino en su novela ya no es igual, diría en la citada entrevista. “El Tepito que conocí se mantuvo más o menos hasta el año 2000. Las cosas cambiaron a partir de una ley que permitió que en los edificios donde antes había viviendas se instalaran comercios; en consecuencia, se diversificaron las mafias y el narcotráfico”.

LOS TOP CINCO

CHIN CHIN EL TEPOROCHO

Editorial Novaro, 1976

Evocación del barrio de Tepito y sus habitantes.

VIOLACIÓN EN POLANCO

Editorial Grijalbo, 1976

Obra considerada como un “aquelarre urbano”.

NOCHE DE CALIFAS

Editorial Grijalbo, 1980

Historia de un califa mayor que se volvió loco de amor.

LA CHACHALACA, EL PELELE...

Grijalbo Mondadori, 2007

Aquí pasa lo más increíble y lo más indignante.

DÉJAME

Océano, 2019

Una declaración de amor al Centro de CdMx.


  • Xavier Quirarte
  • xavierquirartenuevo@gmail.com
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras

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