Todos y cada uno de los atletas que compiten en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 tienen una historia que contar y que a más de uno le retorcerían en el corazón pero también servirían de ejemplo para nunca rendirse y luchar por alcanzar sus metas. Ejemplo de esto es la nadadora estadunidense Haven Shepherd, quien participó en la modalidad de pecho SB7 y combinado SB8.
Cuando Haven tenía solo 14 meses de edad, sus padres, que vivían una relación fuera del matrimonio en Vietnam, decidieron acabar con su vida y la de su pequeña hija, dado que no podían mantener su relación a escondidas y optaron por suicidarse amarrándose una bomba y tomando a la bebé en brazos.
La detonación, como era de esperarse, acabó con la vida de los padres de Shepherd al instante, pero de forma milagrosa, ella sobrevivió con fuertes lesiones en las piernas, las cuales debieron ser amputadas por debajo de la rodilla.
SU SEGUNDA OPORTUNIDAD
Después del fatal accidente, Haven Shepherd fue adoptada en Estados Unidos por los que ahora son sus padres, comenzando una vida nueva que la acercó a la natación, el crossfit y el modelaje, ahí habla del accidente como algo que ella nunca vivió y por lo cual no tiene ningún rencor.
“Es una vida que nunca viví; no la recuerdo. Solo perdí las piernas, podría haber perdido la vida”, dijo a la revista People y a los medios de los Juegos Paralímpicos.
Ahora con 18 años, acudió a su primera justa paralímpica en Tokio, donde el pasado 28 de agosto quedó en quinto lugar en la final de 200 metros combinado; el 31 de agosto se clasificó a la final de los 100 metros pecho y buscará ganar su primera medalla.