Mónica Rodríguez tuvo que probar el sinsabor del fracaso y reencontrarse para poder escribir su nombre con letras de oro en la historia de nuestro país. Con la medalla de oro conseguida este día en Tokio, la nacida en Zapotlán, Jalisco le dio a México su metal dorado número 100 en la historia de los Juegos Paralímpicos.
Y es que el camino para llegar a ser campeona de los 1500 metros T11 de atletismo en compañía de su guía Kevin Aguilar, no fue nada sencillo para alguien que encontró en esta disciplina el refugio perfecto tras no poder trascender en la paranatación.
Tras el trago amargo en la alberca, Rodríguez decidió probar mejor suerte en el atletismo, con pruebas de resistencia, principalmente en los 1500 metros y de vez en cuando los 800 metros.
LLEGA COMO MONARCA
El primer lugar conseguido en Tokio 2020 no es ninguna casualidad para Mónica, quien perdió la vista como consecuencia de una retinoblastoma, una variante de cáncer que afectó severamente su retina, puesto que a estos Juegos Paralímpicos llegó como campeona del mundial celebrado en 2019 en Dubai.
También participó hace cinco años en esta misma competencia en los Juegos de Río 2016, donde no logró subir al podio tras quedar en el quinto puesto.