Llegaron a Atlanta desde el domingo y no había podido estar en el emparrillado en los tres días que tienen en la sede del Super Bowl, pero el miércoles la rutina de los Carneros regresó y volvieron a estar en el campo, como lo suelen hacer toda la temporada. No fue totalmente equipados y las jugadas las hicieron a media velocidad, pero el equipo ya estuvo en el lugar que les gusta.
Alrededor de una hora y 33 minutos duró la práctica del equipo, donde los jugadores no usaron casco, solo aquellos que cuentan con un radio para comunicarse con los coaches.
“Fue extraordinario, fue muy bueno tanto para los jugadores como para los coaches”, dijo el entrenador en jefe del equipo, Sean McVay, al terminar de entrenar. “Ya era necesario que estuviéramos ahí para pulir el trabajo y ver que nos mantenemos en donde queremos estar con nuestro plan de juego. Los jugadores hicieron un buen trabajo”.
El equipo siguió su rutina de tener un entrenamiento más ligero que el que realizarán jueves y viernes, donde se aumenta la intensidad de cara al fin de semana.
“Ha sido muy bueno para nosotros trabajar así, hablando en el tema del desempeño. Hemos tenido la posibilidad de hacer varias repeticiones pero sin tener mucho trabajo físico, y es por eso que los jueves y los viernes son tan importantes para nosotros”, continuó el entrenador en jefe.
A pesar de que fue un entrenamiento a media velocidad, la ofensiva trabajó contra la defensiva en dos periodos, mientras en medio hubo uno donde entrenaron con los equipos especiales.
“Es muy bueno para mí el volver a trabajar para poder pulir algunas cosas y asegurarme que los jugadores se sientan cómodos y con la mayor confianza posible para entrenar mañana, y obvio, pensando en el juego del domingo”, dijo McVay.
En el tema de jugadores lesionados, el safety Blake Countess no entrenó por un problema en el pie, mientras que el pateador Greg Zuerlein (pie izquierdo) tuvo una práctica limitada.