Muchos grandes quarterbacks han pasado por el emparrillado de la NFL, pero existe un filtro que separa a un par del resto. Sus actuaciones en el partido grande.
Joe Montana se ganó el apodo de Joe Cool por la manera en la que mantenía el control de los partidos, sobre todo en la postemporada y en sus cuatro visitas al Super Bowl.
Joe nunca perdió en ese inmenso escenario, sin respaldarse en una tremenda defensiva como lo hiciera Terry Bradshaw. Montana tuvo 45 pases de touchdown en sus 23 partidos, le arrebató a Dan Marino su oportunidad más cercana y John Elway tuvo que esperar hasta su retiro para poder celebrar uno. Dominó a una generación de quarterback y aún cuando su equipo decidió dejarlo atrás de Steve Young en el puesto titular, llevó su talento a Kansas City donde puso a soñar al equipo con otro título.
Su nombre estuvo por encima de los grandes durante más de una década. Bart Starr, JohnnyUnitas, Otto Graham o Roger Staubach se quedaban cortos de argumentos ante el hombre que estuvo lejos de los récords, pero brilló cuando los ojos del mundo estaban sobre él.
La discusión se mantuvo quieta durante más de una década. Sus cuatro Vince Lombardi, sus tres MVP del partido y sus dos MVP de la temporada parecían suficientes hasta que Tom Brady apareció en escena.
Al igual que Montana, el pasador de los Patriotas estuvo lejos de ser el primer seleccionado en su clase del Draft, de hecho estuvo muy cerca de no ser seleccionado y solo una lesión de Drew Bledsoe le dio la oportunidad de convertirse en titular en su segundo año.
Brady ganó sus primeros tres anillos de Super Bowl apoyado por una defensiva notable y un genio como entrenador en jefe en Bill Belichick, sin número espectaculares también comando series ganadoras desde sus días tempranos, pero fue madurando.
La temporada 2007 marcó el salto de un jugador que era beneficiado por el sistema a convertirse en el sistema. Lanzó 50 pases de touchdown y convirtió a su ofensiva en una máquina de hacer puntos. Los récords comenzaban a caer a medida de que la temporada invicta se vislumbraba.
Los Patriotas dejaron esa marca en 18-1, pues perdieron el Super Bowl ante unos gigantes que llegaban con desventaja de 14 unidades para los apostadores.
Fue una derrota que marcó a la franquicia y su carrera, al año siguiente se quedó fuera por una lesión en la semana uno y más tarde perdió a Randy Moss, su comparativo con Jerry Rice, pero esa fue la única vez en toda su carrera en la que contó con un verdadera amenaza de larga distancia.
Los Pats entonces recularon en pases cortos, en explotar las rutas de slot con jugadores como WesWelker o Julian Edelman, pases pantalla a corredores y un sistema de doble ala cerrada con Rob Gronkowski y Aaron Hernandez.
Los mejores años de Brady llegaron entonces, ganó 219 partidos de temporada regular, cien más que el más grande y también ganó 14 juegos más que el en los Playoffs.
Sufrió otro par de derrotas ante los Gigantes y Filadelfia, en cambio por otras tres victorias sobre Seattle, Atlanta y Los Ángeles. Estelarizando el más grande regreso en la historia del Super Bowl, cuando perdía 28-3 en el tercer cuarto.
Esa noche se sacudió sus propios errores, rompió el empate con Montana y Bradshaw en la más importante de las 45 ocasiones en las que ha comandado una serie ganadora.
Montana tiene la perfección y Brady la constancia junto con todos los records en el Super Bowl, pero no quedan dudas de están aparte del resto.
CARA A CARA
Joe Montana
Temporadas: 15 (SF,KC)
Selección de Draft: 82 (1979)
Récord en temporada: 117-47
Récord en playoffs: 16-7
Récord en Super Bowl: 4-0
Series ganadoras: 28
Pases de TD-INT: 273-139
MVP de la temporada: 2 (1989, 1990)
Temporadas: 20 (NE)
Selección de Draft: 199 (2000)
Récord en temporada: 219-64
Récord en playoffs: 30-11
Récord en Super Bowl: 6-3
Series ganadoras: 45
Pases de TD-INT: 541-179
MVP de la temporada: 3 (2007, 2010, 2017)
FCM