El rugido mexicano sigue vivo en Arabia Saudita. Brandon Perro Mejía Mosqueda se instaló en la gran final de peso pluma del WBC Grand Prix tras noquear con un brutal gancho al hígado al sudafricano Bekizizwe Maitse en el quinto asalto. Un golpe seco, quirúrgico, que detuvo la pelea.
Fue un triunfo contundente, de esos que no necesitan explicación. El mexicano castigó el cuerpo del africano hasta quebrarlo, con una ejecución que recordó el oficio de los viejos fajadores: presión constante, lectura perfecta del rival y una definición sin piedad.
Con este resultado, Mejía —invicto con récord de 11-0, 10 KO’s— se convirtió en el único mexicano que sobrevive en el torneo y disputará el título el próximo 28 de diciembre ante el italiano Muhamet Qamili, en la final de la Copa Mundial Riyadh Season.
El Grand Prix, organizado por el Consejo Mundial de Boxeo, ha reunido a las jóvenes promesas más sólidas del planeta, y Mejía se ha consolidado como uno de los nombres más sólidos de la nueva camada nacional. Su boxeo, agresivo y técnico a la vez, lo ha llevado a superar al uzbeko Ayubkhon Bakhtiyorov y ahora al sudafricano Maitse, con un crecimiento que no admite casualidades.
Brandon “Perro” Mejía de Nicolás Romero, el joven que reparte comida en su motoneta en el Estado de México, el hombre que pelea por su hija está a un paso de consagrarse en el mundial de la Copa Riyadh. Todo indica que tiene hambre de sobra.
MGC