El duelo entre el Legia de Varsovia y el Cracovia de la Liga de Polonia, protagonizó la expulsión más ridícula propinada por el videoarbitraje (VAR).
El defensa William Remy había sido expulsado del encuentro por doble tarjeta de amonestación, pero el silbante se acercó al videorabitraje para rectificar la acción, por lo que mandó llamar al futbolista que ya se encontraba en el vestidor.
Cuando Remy regresa al terreno de juego y el silbante le indica que la segunda tarjeta amarilla fue borrada, éste se dispone a ingresar de nuevo al campo, pero es detenido por el juez quien le muestra el cartón rojo de forma directa, por lo que una vez más lo manda a las regaderas.
En el videoarbitraje, el árbitro del encuentro consideró que la falta que el defensor había realizado, ameritaba la expulsión directa y no una amonestación.