A unos meses del juego inaugural, la pasión mundialista de Qatar 2022 está que arde entre los fanáticos de hueso colorado, los aficionados de ocasión y los villamelones, pues nadie quiere perderse la gran fiesta pambolera y formar parte de los distintos ritos que giran en torno al máximo evento del balompié internacional.
Entre ellos se encuentran los asiduos coleccionistas del afamado álbum oficial de la prestigiada marca Panini, la cual cada cuatro años deleita a sus fieles compradores con un compilado de alta calidad, que obliga no sólo a invertir tiempo, sino una gran cantidad de dinero, lo que brinda aún mayor valía al encuadernado y más si se ha completado con todos sus cromos.
Como muestra, el joven poblano Ignacio Hernández González, quien a sus 10 años se convirtió en todo un coleccionista, recabando todas y cada una de las estampas de los álbumes mundialistas desde la Copa de Sudáfrica 2010 a la fecha, sin contar también sus adquisiciones de ediciones como la Liga MX.
“Fue porque en primaria a todos los estudiantes nos regalaron el álbum de Sudáfrica y unos sobrecitos. Ahí empecé a juntarlos y agarré el gusto. Llené el de Sudáfrica y hasta ahora los he llenado todos que son cuatro. Yo esperaba cada Mundial para llenarlo, ahora desde antes de que saliera el álbum lo compré en preventa y lo quise llenar”.
Colección que a Hernández González no solo le ha representado dedicarle tiempo, sino también bastantes pesos, que desde su perspectiva bien valen la pena gastar por el valor que después habrá de adquirir el producto, que si se sabe administrar no representa un gasto mayor al que se tiene estimado para su llenado.
“Quise comprar el de pasta dura dorado. El más caro me costó 2 mil 400 con 104 sobres y el álbum, que tiene 650 estampas y de ellas 50 especiales, la más cara es la 00, la de la marca Panini. Invertí como 4 mil 500, según yo compré en total unos 204 sobres, más o menos, me sobraron ocho que los tengo en mi caja de colección de recuerdo”.
Y es que dentro de la estratega del coleccionista está el echar mano hoy en día del poder y alcance de las redes sociales, que para él en lo personal funcionó a las mil maravillas, ya que fue el camino para cumplir con su misión mucho más rápido que el promedio, donde su participación activa en el trueque y venta de cromos fue fundamental en su objetivo.
“Compré muchos sobres, en la universidad hicimos un grupo de WhatsApp para cambiar estampas, todos los días checaba para encontrar las que me faltaban y pasar mis repetidas, las vendí también, recuperé parte de la inversión. El sobre cuesta 18 pesos, es decir unos 3.60 por estampa, pero las vendí en tres pesos. Los escudos, que son las cromadas las vendí en 50 pesos, pero al final las vendí en 20 pesos”.
Afición que al estudiante de la Facultad de Negocios de la Udlap le han hecho considerar sus álbumes un tesoro a nivel personal, pues sin importar la oferta, no estaría dispuesto a cederlos bajo ningún costo, ya que se ha convertido en toda una cultura dentro de la afición actual.
“No, me podrían pagar muchísimo dinero, yo no los vendería, yo los quiero para mí. En Internet encontré un álbum lleno de México 70, estaba en 3 mil 600 pesos, pero se me hizo caro, pero a mí no me tocó ese Mundial, pero de los que han salido, de los que me han tocado, yo los he querido llenar todos”.
Así, con el reto cumplido, Ignacio Hernández González aguarda ya a la patada inicial para disfrutar de los 64 partidos que engalanarán Qatar 2022.
CHM