En 1995, el boxeador Julio César Chávez consiguió tres triunfos de forma consecutiva previo a tomarse un descanso para viajar por Europa, aunque su carrera no sería la misma luego de perder ante Frankie Randall en el MGM de Las Vegas, la cual terminó con su récord de invicto.
Chávez se tomó un descanso de cinco meses y durante un viaje a Europa tenía como objetivo visitar al Papa.
El libro biográfico Julio César Chávez: la verdadera historia narra que el boxeador mexicano inhaló cocaína en el baño privado de Juan Pablo II, cuando visitó el Vaticano.
De acuerdo con el libro, el Papa intercambió algunas palabras con el mexicano y aseguró: "Bienvenido Julio César, es un honor para mí que me honres con tu visita".
El libro recoge anécdotas del boxeador, contadas por su hermano mayor, Rodolfo Chávez, y escritas por Javier Cubedo.
De acuerdo con la narración de Rodolfo, Chávez preguntó al pontífice si podía utilizar el baño de su cuarto.
"Mi hermano sacó de su pantalón un papel que envolvía cocaína, la distribuyó sobre el mármol para después inhalarla. Julio jaló la palanca del excusado para que pensaran que entró al baño".
Según lo que narra Rodolfo en el libro, el boxeador dijo: "Discúlpame, Diosito".
Según el libro, el boxeador y Juan Pablo II hablaron y el Papa le dijo que estaba orgulloso de la carrera que había hecho como boxeador y le dio su bendición.