A los 58 años de edad, Pablo Larios Iwasaki, ex arquero de la Selección Nacional Mexicana, dejó de existir a consecuencia de una obstrucción intestinal que a él obligó a ser sometido de urgencia a una cirugía de la que lamentablemente no pudo recuperarse, dejando así su legado como uno de los más grandes del futbol mexicano.
Poco antes del mediodía, se confirmó su deceso a través de sus familiares, que entre lágrimas, hicieron oficial la partida del ex "Arquero de la Selva", quien durante su paso como profesional, vistió las camisetas de los Cañeros de Zacatepec, la Máquina Celeste del Cruz Azul, el Puebla de La Franja y los Toros de Neza.
Tras llevarse a cabo los trámites de rigor, sus restos fueron trasladados a reconocida agencia funeraria de la capital angelopolitana, donde amigos, ex compañeros, futbolistas y aficionados en general se dieron cita para brindarle el último adiós al ídolo que marcó una época por su calidad y estilo debajo de los tres palos.
Entre los primeros que acudieron para despedir a quien fuera su compañero de profesión, se encontró al ex zaguero, campeón con el Puebla en la temporada 1989-1990, Gerardo González, quien dejó en claro que se va un gran ser humano, que como futbolista fue el mejor, y a quien por todo lo vivido, le rinden honores con el deseo de brindarle el debido apoyo a sus deudos.
"No hay palabras en esto en la vida, se nos fue Pablo, un gran portero, un gran futbolista, un gran ser humano, siempre lo vamos a recordar con mucho gusto, particularmente convivimos cerca de seis, siete años, cuando llegó aquí Pablo Larios, ahora nos toca venir a estar un rato con su familia, con toda su familia y apoyarlo en todo lo que se le ofrezca a la familia de Pablo Larios".
Asimismo, quien fuera también su compañero en la zaga, el famoso "Coreano", Aurelio Rivera, habló sobre la falta de atención por parte de los clubes a los que defendió en estos momentos de gran dolor para su familia, al tiempo que resaltó la amistad que a ellos unía y que sin duda dejará un vacío en su existir.
"Les falta a los clubes tener ese tacto con los jugadores que fueron importantes en sus equipos, como Pablo anduvo aquí y allá, teniendo aquí al equipo de sus amores, al que le dio todo, pues darle un poco de más presencia al equipo, con una persona como él, como ser humano fue lo máximo para mí, fue muy amigo mío, yo lo recuerdo así, ojalá respeten, toda la afición, si alguna vez los ofendió, si alguna vez estuvo mal, todos somos humanos, la regamos".
En agradecimiento a las muestras de cariño vertidas por el gremio, por amigos y aficionados en general, el mayor de sus hijos, Francisco Larios, dejó en claro que a pesar del doloroso episodio que vive su familia, hoy más que nunca se mantienen unidos a fin de honrar la memoria de su padre a quien siempre recordarán como futbolista, pero sobre todo como persona.
"Desde ayer tuvimos el apoyo de toda la familia, están aquí mis hermanos presentes, jugadores, amigos de mi padre, preocupados los medios, se les agradece que estén aquí atentos, pasaron un trago amargo, la familia está unida, lo estamos tomando lo mejor posible, esperemos que esto siga así".
Se espera que este viernes, Larios Iwasaki emprenda el viaje con rumbo a su última morada donde descansarán sus restos.
ARP