Las tensiones políticas y sociales entre Emiratos Árabes Unidos y Qatar llegaron al futbol, cuando los selectivos de ambos países se enfrentaron en la semifinal de la Copa Asia 2019, donde ganaron los segundos por cuatro goles sin respuesta.
Durante el partido –con el mexicano César Ramos como árbitro central-, los aficionados de Emiratos lanzaron zapatos y calzado a los jugadores qataríes por cada celebración en las anotaciones hechas.
Esta práctica fue con tintes religiosos, pues en la cultura islámica, la suela de los calzados representa la suciedad.
La violencia también se hizo presente desde antes de arrancar el partido, cuando los locales abuchearon el himno de Qatar, mientras que el qatarí Almoez Alí celebró su gol al hacer la seña de silencio con su dedo en la boca.
La incitación a la violencia se dio desde antes del silbatazo cuando el himno de Qatar fue abucheado por los miles de emiratís en el estadio; la respuesta vino de parte del jugador Almoez Alí, quien celebrando uno de los tantos visitantes mandó callar a los presentes con los dedos en la boca.
Dichas tensiones surgen a partir de que los Emiratos Árabes acusaran a Qatar de financiar a grupos de extremistas y alianzas con Irán.